Ésta semana os traigo una
película de animación, una virguería visual que pasó con más pena que gloria
por los cines del mundo y que hoy intentará pasarse por vuestros reproductores
habituales.
Kubo nos narra la historia de
un chico que, desde que tiene uso de razón, ha estado viviendo con su madre; es
una mujer que despierta únicamente por la noche, y durante el día el chico debe
cuidar de ella. Pero Kubo es un chico bastante vital, un narrador de historias
que todo el pueblo quiere y con un don para dar vida a trocitos de papel.
Hasta que un día algo viene a reclamarle,
momento en el que las historias que le contaba su madre se volverán realidad y
deberá emprender una aventura para salvar su vida y descubrir muchos elementos
sobre su linaje.
A modo de película de
aventuras se nos presenta una pequeña maravilla; es una película bastante
emocional con una trama que bebe de varios cuentos de origen asiático (de donde
también coge imaginario visual), con un protagonista muy carismático y una
trama que, aunque se vaya volviendo previsible según avanza, en ningún momento
pierde la magia que exhibe en su tramo inicial.
Dejando el buen argumento y su
bien medido ritmo a un lado, pasemos al apartado visual, auténtico reclamo de
la película y en el que su estudio empieza a ser un maestro. Se trata de una
película que mezcla animación stop motion (plastelina animada) con algún efecto
por ordenador para suavizar algunas transiciones, con un resultado magistral y
de auténtico mérito. Y digo de mérito porque no es sólo una virguería técnica,
sino que se da de la mano con un arte muy impactante.
La música, con evidentes tonos
asiáticos es otra de las protagonistas de éste cuento moderno. Y lo es porque
no sólo acompaña, sino que consigue integrarse en el metraje de forma
totalmente orgánica.
Entonces, es una película sobresaliente?
Sí, pero le falta pulir un par de detalles para ser una obra maestra. El más
evidente es forzar el humor en algunos momentos, ya sea para desengrasar o para
hacer más “molones” a los personajes; es algo que se siente forzado y no acaba
de encajar. Luego está un trocito hacia el final, donde se pasa a la acción por
la acción y en el que he desconectado de la película, que me estaba contando
una cosa totalmente distina.
Pero bueno, quitando éstas dos
pequeñas marcas en su expediente nos queda una cinta para nada esperada y que
demuestra que hay talento para la animación más allá de los dos estudios que
cada año nos bombardean.
Valoración Personal: 9.
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