Hoy
os traigo un juego del que seguro habéis oído hablar, el primero en conseguir
que se vendan más copias del juego que de la plataforma para la que sale (manda
huevos XD) y uno que estuvo durante algún que otro día como el mejor juego de
la historia según Metacritic. Sí, os estoy hablando de The Legend of Zelda: Breath
of the Wild.
Historia: Somos Link, un chico que despierta en una especie de
cápsula criogénica a un mundo que no conoce y sin recordar quién es ni cómo ha
llegado allí. Un breve tutorial y alguna explicación después descubriremos que
somos el elegido que luchó hace cien años contra el mal encarnado por Ganon.
Desde
prácticamente el primer momento tenemos la opción de ir a por Ganon, pero la
historia de lo que sucedió hace cien años y los recuerdos de Link están
repartidos por un mundo bastante grande que pide a gritos ser explorado.
La
trama, como podéis ver, es bastante sencilla, pero está contada con maestría,
haciendo que los personajes de cierto calado (como los compañeros de Link en su
aventura de hace cien años) sean realmente carismáticos y quieras seguir
jugando para descubrir alguna cosa más.
Apartado Técnico: Esto va a ser difícil de comentar sin aclarar primero el
tipo de máquina en la que corre el juego. A ver, Switch no deja de ser una portátil
con la capacidad de conectarse a la televisión, lo que hace que valorar el
juego y compararlo con lo que puede hacer un pc a día de hoy sea totalmente
injusto.
Digamos
que visualmente está por encima de lo que puede mostrar una PS3, pero por
detrás de maravillas vistas en PS4 como Uncharted 4 o Horizon Zero Dawn.
Por
suerte éste apartado técnico es más que suficiente para los días que corren.
Tenemos un mundo bastante grande, repleto de detalles que están allí para el
que quiera encontrarlos, con una distancia de dibujado más que aceptable y un
framerate estable en modo portátil y que rasca a veces cuando enchufas la
consola a la tele (ahora menos que cuando salió, por suerte).
Y el
otro elemento que hace que la potencia bruta del juego sea algo secundario
(sabiendo que está en unos niveles más que competentes) es el apartado
artístico. A ver, es un juego hecho por Nintendo y tiene esa magia especial de
las grandes producciones de ésta compañía japonesa. Los diseños de niveles, de
enemigos, de personajes, el tamaño de algunos jefes y lo bien que encaja todo
hacen que sea una delicia pasearse por el mundo que nos plantea.
En
el apartado sonoro tenemos una auténtica joya, con pocos temas potentes, pero
una banda sonora cuidada al milímetro que nos transporta a ese mundo agreste
que debemos explorar.
Antes
de cerrar el apartado técnico tengo que mencionar algo que hace tremendamente
bien el juego y que debería ser obligatorio: las físicas están muy bien
tratadas, siendo posible jugar con el fuego o la electricidad como no hemos
visto antes. Aquí los árboles se pueden cortar, no están de mero adorno (y la
hierba también), algo que requiere una serie de recursos que la compañía ha
preferido emplear en esto en lugar de en meter más polígonos en pantalla. Yo lo
prefiero, ya que llega a afectar incluso a la jugabilidad.
Jugabilidad: Breath of the Wild ofrece un amplio mundo para explorar,
con algunas misiones secundarias, santuarios (mazmorras pequeñitas), templos
(mazmorras grandes) y coleccionables como para aburrir. Y lo ofrece desde el
momento en que terminamos el tutorial, con todos elementos jugables a nuestra
disposición y pudiendo elegir qué queremos hacer.
Éste
dejarnos el mundo para que hagamos lo que queramos encantará a los que
disfruten de la exploración, del mirar qué puede haber tras esa colina y darse
cuenta que hay nieve, que el frío te mata y no tienes ropa de abrigo… pero
igual si llevas una antorcha puedes seguir adelante…
En
fin, que la jugabilidad queda muy abierta, adaptándose a todo el mundo, desde
el que quiere vivir sólo la historia principal hasta el que quiere explorar
hasta el último rincón, descubriendo todos los secretos (que los hay, y muy
chulos).
Y
todo esto lo haremos con un control clásico, con la posibilidad de fijar
enemigos y usar multitud de armas y escudos.
Hay que
destacar que la dificultad de los enemigos es bastante alta, al menos hasta que
conseguimos mejorar algo el equipo. Un reto en más de un momento.
Por
último también hay que decir que las armas se rompen, y mucho. Es algo que
obliga a buscar mejores armas y guardarlas para el momento adecuado, que está
muy bien al principio, pero que llegados un punto acaba por ser engorroso.
En
fin, un sandbox de verdad, de esos en los que hay que fijarse y no ir a piñón,
o acabaréis con la sensación de que está vacío cuando es totalmente al
contrario.
Opinión personal: Zelda Breath of the Wild es un juego que coge todo lo que
hace grande a la saga, elimina lo que es simplemente convencionalismo y te da
libertad para jugar en un mundo muy bonito y lleno de posibilidades y secretos.
Un juego con una buena trama (sin pasarse) y unos templos/santuarios muy bien
diseñados, distintos y desafiantes.
En
fin, que es un juego totalmente imprescindible para los que tengan la consola,
un juego de acción y rol que deja que sea el jugador el que se marque los
tiempos y las tareas, dando algunas pistas pero sin obligarle a hacer nada.
Pero
es ese grandioso juego del que todo el mundo habla? El juego de 10 que desbanca
a grandes clásicos? Para mí no. Y creo que no es que el juego no lo sea, es que
me pilla ya con un bagaje y unos recuerdos que serán difíciles de superar por
bueno que sea el juego.
Breath
of the Wild hace estupendamente bien todo lo que tiene, aunque personalmente
hubiera preferido una trama algo más trabajada o pequeñas historias en cada
pueblo que pudieran interesarme (sí, sé que no es The Witcher III) en lugar de
pequeños guiños o historietas algo infantiles (por lo general) con los que
perder un poco el tiempo.
El
juego tiene, además, uno de esos coleccionables absurdamente largos de
conseguir que tanta rabia me dan, y es precisamente el que más parte del %
ocupa. Para que os hagáis una idea, con todos los recuerdos, todos los templos,
todos los santuarios, todos los enemigos que cuentan para el % y todas las
secundarias hechas (y el juego acabado) me he quedado en un mísero 32% del
juego, algo que me da mucha rabia, ya que no pienso tirarme otras 80 horas para
que acaben por darme un boñigo o para ver crecer la barra de completismo.
Pero
bueno, quitando éstos dos o tres pequeños peros (totalmente subjetivos) nos
queda un juego sobresaliente, que justifica por sí mismo la compra de una
consola (de verdad, el poder jugar a esto en portátil me alucina) y marca un
camino para lo que pueda venir en el futuro.
Imprescindible?
Sí. Obra maestra? Probablemente. El mejor de la historia? Creo que no, aunque
si es vuestro primer Zelda y tenéis entre 16 y 22 años es posible que os lo
parezca.
Valoración Personal: 9,8
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