A veces me pasan cosas como
ésta, que llevo tanto tiempo sin comprarme una obra que me da miedo volver a
ella sin repasar lo anterior por aquello de que igual ni me entero, y más
cuando pasa como
con Nura, que tiene a muchos personajes en danza y una trama
un poquito enrevesada.
Pues bien, la vuelta con éste
tomo dieciséis ha sido de todo menos traumática, es un tomo que se puede
dividir perfectamente en tres partes, y las dos primeras me han parecido
especialmente buenas (algo raro con éste manga).
La primera es el final de saga
en Kioto, un final un tanto distinto a lo esperado, ya que no sólo las cosas no
acaban del todo bien para los protagonistas, sino que además aparece un nuevo
villano como amenaza para el medio plazo en la obra. Es un tramo con un ritmo
frenético, bastante bien narrado y que deja con ganas de más.
La segunda parte es la
aceptación de lo que es el protagonista, con un rol más activo dentro del clan
y su nombramiento como heredero. Es una historia puente, que encima avanza con
la trama del protagonista.
Por último tenemos el tramo
final, donde la historia se ralentiza e incluso perdemos de vista al
protagonista y tenemos historias de alguno de sus subordinados. Puede que sea
necesario bajar el ritmo de la obra y cambiar el foco de lugar, pero me parece
demasiado brusco y con un personaje que no me inspira nada de carisma. En fin,
ya veremos cómo sigue.
En general me ha dado una
sensación similar a la que me da la obra en su conjunto, un buen potencial,
buenos momentos, pero también otros más malos e incluso difíciles de seguir por
una mala narración visual.
A ver el siguiente tomo, que
me llega hoy XD.
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