Llega el tercer tomo de
Platinum End y con él empiezo a tener la sensación de estar leyendo una obra de
Ohba y Obata, dando como resultado el mejor tomo (de largo) hasta el momento.
La inclusión de un tercer
personaje al grupo protagonista ha aportado la inteligencia y las explicaciones
que le venía echando de menos a la obra. El que sea un adulto con un cáncer
terminal y sin aspiraciones (aparentes) también ayuda bastante a empatizar con
él; y no sólo eso, su aparición nos trae un poquito más de definición en la
personalidad del protagonista (que no en la de su compañera, que no tiene
ninguna).
Parece evidente que éste
inicio de la obra (y quién sabe si el final) va a estar enfocado en el “combate”
contra otro de los candidatos a ser Dios, un chico que parece ser capaz de
cualquier cosa y que sigue con su plan de cargarse al resto de candidatos.
Ahora soltando a una asesina en serie y dándole poderes…
Muy buen tomo, con un buen
ritmo narrativo, una historia que al fin engancha (no sé si por llevar ya un bagaje
con la obra o porque al fin se han puesto las pilas) y el dibujo sigue al nivel
altísimo al que nos tienen acostumbrados.
Eso sí, sigue sorprendiéndome
lo para adultos que son algunas escenas de la obra (sexo lésbico,
degollamientos varios, etc…).
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