Me parece evidente que dándole
el repaso que le estoy dando a la historia “reciente” de Dc, acabara por caer
en casa la etapa de Neal Adams. Una etapa que fue importante porque pasó de la
época del Batman de la serie de televisión de Adam West al Batman más moderno,
dejando de lado lo Camp y abrazando un tono más adulto y oscuro.
Veamos cómo ha pasado el
tiempo por éstas más de seiscientas páginas.
Historia: Lo primero que llama la atención del volumen es la total
y absoluta falta de un hilo narrativo de fondo que una las historias. Aquí lo
que tenemos es una estructura muy clásica, con veinticuatro páginas divididas
en grupos de ocho en las que se plantea, se desarrolla y se acaba una historia.
Y son todas sueltas, sin
solución de continuidad (salvo una de Ra’as y otra de Man Bat).
Esto hace muchísimo más
sencillo coger el tomo y leerse un par de historias, parar y volver al día
siguiente para otras dos. Es el formato que había en la época y para ratos
cortos no va mal.
Pero siendo tantísimas páginas
se echa muchísimo de menos un nudo argumental, aunque sea de fondo que una la
etapa. Y eso no está.
Además, las historias siguen
pecando un poco de ingenuas y Batman recibe más palos que una alfombra.
Entretenidas, pero no
recomendables para lectores más modernos.
Dibujo: Aquí es donde el comic destaca sobre los demás de la época.
El trabajo de Neal Adams es realmente bueno, con unos lápices que no
desemerecen a día de hoy y una comprensión de la anatomía humana que ya podrían
aplicarse muchos dibujantes actuales.
Y no sólo el dibujo es bueno,
la composición de la página también tiene algunas cosas que a día de hoy damos
por hechas pero que hace más de cuarenta años debieron ser revolucionarias. Y
es algo importante, casi más que el dibujo, ya que hace la experiencia lectora
mucho más acorde con nuestros tiempos.
De verdad creo que con un
color más moderno estaríamos hablando de un comic visualmente publicable a día
de hoy y que destacaría entre el resto de publicaciones actuales. Tiene mucha
fuerza, las caracterizaciones son realmente buenas y quizás solo falla en
algunos momentos puntuales durante la acción.
Ah, y que no se me olvide
decir que hace a las mujeres infinitamente mejor que cualquiera de sus coetáneos.
Personajes: Aquí tenemos el hándicap de que la historia se reinicia
cada veinticuatro páginas, evitando cualquier tipo de desarrollo de personajes
y haciendo que los principales se muevan siempre en los mismos parámetros.
Batman es el detective, el
hombre de acción y aquél que te vale para cualquier cosa. Un tipo un tanto
oscuro (no tanto como hoy) que pese a ello es capaz de bromear en algunos
momentos o de tener frases que sí tendrían cabida en la serie de West. Un buen
personaje, los mimbres de lo que conocemos hoy.
Los demás están apenas
esbozados, comportándose como el típico villano de la semana y no destacando ni
tan sólo el Joker, que para dos apariciones que tiene son para verlas de lo
cutres que acaban.
Eso sí, Ra’as tiene algo más
de carisma, no sé si por ser el único con una historia que dura más de un
número (lo de Manbat son varias apariciones) o porque realmente está mejor
definido y tiene más fuerza. Pero son sus escasos números los mejores de toda
la obra, y con diferencia.
Por lo demás tenemos lo de
siempre, un Alfred testimonial, un Gordon que está por estar, un Robin
descarado pero intrascendente y un Bruce Wayne que aparece más de lo que
esperaba pero que de cándido a uno le extraña que no le hayan pillado antes.
Opinión Personal: La etapa de Neal Adams en Batman es más un
documento histórico que un comic 100% disfrutable, una serie de números que
sientan algunas bases en lo narrativo y lo visual del personaje que acabaría
por llegar y que incluso es reconocible en la mayor parte de las páginas.
Pero también hay que entender
la época del comic, viniendo de la serie de imagen real de los sesenta y con
unos superhéroes totalmente camp. En ese escenario éste Batman destacaría como
un faro en la noche, una obra adelantadísima a su tiempo y que llevó al hombre
murciélago al top de los personajes.
Y es un comic que leído a día
de hoy se deja leer, pero satura en caso de que lo hagas unos cuantos capítulos
seguidos. Para ir dosificando.
El exceso de texto y los
guionistas son quizás la mayor pega de ésta etapa, porque en lo visual no
desmerece para nada leído a día de hoy, y eso el color es el de la época y se
nota.
Vamos, que tenemos una obra
sobresaliente para su tiempo, que cualquier fan del personaje debe tener pero
que no es recomendable ni como punto de entrada ni como lectura para alguien no
habituado a leer cosas con más de cuarenta años.
Personalmente lo he
disfrutado, especialmente la saga de Ra’as al Ghul, pero no puedo recomendarlo
a no ser que cumpláis los requisitos del párrafo anterior.
Valoración Personal: 7,5.
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