Pasamos a la decena
de tomos con uno que prácticamente se centra en un sólo combate entre dos
secundarios. Pero vaya combate... casi que os diría que es el combate de la
serie, o al menos en el anime fue el que me dejó más flipado.
Estoy hablando, como
no puede ser de otra manera, del combate entre Rock Lee y Gaara, el rey del
esfuerzo contra el demonio del desierto. Es un auténtico espectáculo de
movimiento, velocidad, épica, sacrificio, profundizar en personajes... un
disfrute visual que llega y te hace empatizar con el ninja de verde, que acaba
por ganarse al lector en éste tomo de forma irremisble.
Pero eso no es todo,
porque acabado el combate vemos de nuevo a Orochimaru y su secuaz, y vemos que
no son moco de pavo, sorprendiendo incluso a Kakashi en una buena escena,
tensa.
Y el final? Un mes
de tiempo para prepararse para el que será el torneo de verdad, el que les hará
ascender (o no) a ninja de grado medio. Así que toca entrenar, con una sorpresa
final de tomo en la forma del que será el auténtico maestro de Naruto.
Nuevo gran tomo, en
especial por el combate, pero que sabe ser más que eso y sigue dando píldoras
de la trama.
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