Llega el quinto tomo de Zetman y lo hace con la acción y el frenesí que tanto le ha caracterizado hasta el momento.
En ésta ocasión seguimos (y terminamos) la trama de Koga. Esa en la que queda encerrado en una casa con muchas de sus fans mientras un tipo sádico las va matando (o peor) para hacerle ver su punto de vista.
Desde el punto de vista de la
acción y el entretenimiento poco más se le puede pedir dadas las
circunstancias: sangre, vísceras, fanservice (excesivo de nuevo), buen dibujo,
momentos impactantes… todo para seguir configurando a un personaje que se mueve
por su sentido de la justicia, aunque sin olvidar de narrarnos parte del origen
del comic: la aparición de los jugadores y la implicación de la Amagi en todo
el asunto.
Puede que en algún momento se
pase de frenada (como en las violaciones), pero está dentro del tono del comic
y al menos tienen una razón argumental para aparecer.
Es curioso que llevemos ya
cinco tomos y en dos el supuesto protagonista ni aparezca, pero bueno, éste
otro reverso también me gusta. Ah, y el dibujo estupendo, pero eso se le supone
ya.
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