Sigo con mi relectura de Zetman y en ésta ocasión, después del tomo de combates anterior, toca volver a
poner los pies en la tierra y centrarse de nuevo.
Lo primero son las
consecuencias del combate, con secuelas psicológicas para la chica y con un
protagonista que parece cada vez más desconectado del Zet. Ay! Pero cuando esto
sucede toca poner nuevos personajes y hacer ver que se dará una revelación importante…
para quedarse exactamente igual.
Y es una pena, porque es un
manga que tiene una gran cantidad de elementos positivos, empezando por un buen
dibujo, una buena caracterización de personajes, buena acción, buen fondo
argumental… pero se pierde sin saber a dónde va demasiado a menudo, y con éste
tomo he vuelto a tener la sensación de que ponen una amenaza por ponerla, sin
tener demasiado claro qué hacer con ella, intentando molar e intentando
engancharnos con misterios inexplicables que, a éstas alturas, tenemos más que
claros todos.
No diré que no me ha gustado,
porque no es así, pero sí que es cierto que no me ha gustado tanto como hasta
ahora y que se me está desinflando a marchas forzadas.
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