Una semana me he tomado de
descanso del manga de la sangre a borbotones y los chavales matándose para
sobrevivir. Un décimo tomo que me ha parecido algo más flojito que los últimos,
pero que sirve para tomar algo de aire antes de encarar los últimos cinco (o
eso espero).
A lo largo del tomo asistimos
casi exclusivamente a la lucha interior del protagonista para rehacerse de lo
ocurrido en el tomo anterior, un poquito de movimiento, un par de flashbacks y
cierre de minisaga.
Y poco más.
Vale que quedan pocos
estudiantes (siete al término del tomo) y tienen que hacerlos durar o no sé
cómo llegaremos al tomo quince, pero da la sensación de chicle artificialmente
alargado, y eso no mola.
Espero que el onceavo esté un
poquito mejor y retome el ritmo frenético que tanto me gusta.
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