Ya está, he tardado unos días
en ponerme el último capítulo de la temporada, pero la tercera de The Walking
Dead ya pasa a engrosar las filas de temporadas acabadas. Una tercera temporada
que venía precedida por la baja calidad de la segunda, que no presagiaba nada
bueno.
Pero no, los guionistas se han
repuesto del bajón y han sabido levantar una serie que a poco que lo hagan bien
durará años y años en la televisión americana.
El argumento ha girado en
torno al enfrentamiento entre el grupo protagonista y el de un tal Gobernador,
un hombre que ha sabido crear una comunidad que funciona y en la que viven
varias docenas de personas.
Pero como no es oro todo lo
que reluce, iremos descubriendo poco a poco hasta qué niveles está mal de la
cabeza el buen hombre.
Si a eso le sumamos la vuelta
del grandullón al que abandonaron en la primera temporada, la chica de la
katana y los problemas habituales del grupo de Rick (entre ellos que se le vaya
un poco la pinza desde cierto momento) tendremos suficientes elementos como
para hacer atractiva la temporada.
Desgraciadamente, la
regularidad no ha sido un punto favorable éste año, sobre todo tras el parón
navideño, momento desde el que hemos visto unos ocho últimos capítulos que
pasaban de lo bueno a lo malo uno tras otro.
Vale, no hace falta que
masacren hordas de zombis cada veinte minutos, pero al menos que los problemas
(personales o de supervivencia) tengan algo de peso. Además, el personaje de la
rubia me ha cargado muchísimo, suerte de último capítulo en ese aspecto.
Y el final igual no era lo que
se esperaba, pero me ha parecido más que digno para dejar abierta la siguiente
temporada, y más teniendo en cuenta la de personajes que nos van a presentar y
que van a poder morir impunemente XD.
En líneas generales tengo que
decir que la temporada me ha gustado más que la anterior, y que tendrán a un
fiel seguidor para ver la siguiente. Vamos, que a poco que os vaya la temática
seguro que os entretiene.
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