Sigo imparable con The Prince
of Tennis, y en ésta ocasión con la vuelta a la competición ya en las rondas
finales del torneo que nos viene ocupando en los últimos tiempos.
Y no sé si es que me lo he
leído con algo de prisa, pero el caso es que el carisma del rival no me parece
nada del otro mundo (bueno, el entrenador está bien) al menos en los dos
partidos que se han visto (los dobles) y dejan lo bueno (espero) para los individuales.
Los partidos en sí, como
siempre, rápidos y emocionantes, con muchas técnicas y momentos de estar contra
las cuerdas, que a la que se resuelven pasan a darnos el resultado y a otra
cosa.
Flojillo, a ver el siguiente.
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