Dos días seguidos en los que
os traigo tomos sobre Yokai, y son de dos manga que no podrían ser más
distintos entre sí.
En éste onceavo tomo de
Inuyasha tenemos que las cosas siguen más o menos igual, empezando por el final
de la trama con Dioses submarinos que tan pesada se me ha hecho (y que por
suerte no ha durado mucho) y siguiendo con dos historias interesantes sobre el
antagonista que vienen teniendo desde hace unos tomos.
La que más me ha gustado es la
que ocupa el centro del tomo, en la que el monje que absorbe todo con la mano
sufre una herida que le ensancha el agujero (no penséis mal, marranos!) y va a
que se la curen. Me ha gustado porque hemos visto una faceta de la personalidad
del personaje que no había salido hasta ahora.
Resumiendo: un tomo
entretenido, pero sin más; me gustó mucho más el de Nura de ayer.
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