Hete aquí otra serie basada en
un libro de éxito, una serie que estaba cantada y que hoy pasaré a comentaros:
un mundo sin fin.
La serie nos devuelve a la
localización que ya visitamos en su momento en Los Pilares de la Tierra, la
ficticia ciudad de Kingsbridge, y lo hace más de cien años después de los
sucesos de la primera serie. Así, aunque los lugares sean los mismos o los protagonistas
descendientes (algunos) de los ya conocidos, estamos ante un sitio que ha
evolucionado y gente que no tiene nada que ver con lo visto anteriormente.
Corre el año 1300 y pico, y el
rey Eduardo II ha sido derrotado, encarcelado y asesinado en prisión. De dicha
prisión ha huido un tal Sir Tomas, un caballero que parece llevar consigo un
oscuro secreto, y que para salvar su vida toma los hábitos en el priorato de
Kingsbridge.
Tenemos también a los dos
hijos de un noble desposeídos de tierras y títulos; el mayor pasa a ser
escudero, mientras que el menor aprendiz de constructor.
Está además una familia de
comerciantes de lana; el padre maestro del gremio, la madre enferma, ella
aprendiz de sanadora. En dicha familia hay además la hermana de maestro del
gremio y su hijo (que es sacerdote).
Por si fuera poco, también
seguiremos las andanzas de algunos miembros de una aldea rural cercana, desde
un chaval prometido con la hija de un terrateniente hasta la hija de un antiguo
mercenario que malvive de lo que roba.
Y puestos los personajes toca
ver la trama: varios lustros de Kingsbridge donde la población verá de todo,
desde luchas por el poder en el priorato, la peste o campañas militares del rey
inglés en Francia.
Una trama que se mueve según
lo que viven y hacen los protagonistas, tanto los buenos como los malos; porque
están todos claramente alineados casi desde el principio, siendo desde
aborrecibles a carismáticos.
Los ocho capítulos que dura
intentan ser un retrato de lo que era la vida de la época, con sus miserias y
putiferio humano (como en cualquier época); siendo especialmente importantes
las vidas de los ya mentados protagonistas.
Intento ser vago adrede para
no spoilear demasiado; si queréis más información leed la reseña que hice en sudía del libro.
Los aspectos formales de la
serie son bastante irregulares, pasando de batallas con decenas de extras a un
salón del trono pobre y con paredes de gomaespuma. Ésta irregularidad se pega a
todos los aspectos de la serie, lo que la hace normalilla.
Los actores mismos no acaban
de destacar demasiado (excepto, quizá, dos o tres excepciones). La protagonista
femenina, sin ir más lejos, tiene la misma cara mientras muere su madre que
cuando cura a alguien, lo que se conoce como el síndrome Chuck Norris.
Y así con todo.
Por si fuera poco, los
primeros capítulos (4) son bastante más flojos que los últimos, momento en el
que la serie despega y pasa a tener algún interés. Si hubiera sido toda como de
los capítulos 5 al 7 (incluso el 8, si me apuras) estaríamos hablando de una
serie recomendable, que sin ser nada del otro mundo podría gustar a todo el
mundo.
Pero tal y como está no puedo
recomendárosla, y menos si sois fans del libro, porque cambia y obvia unas
cuantas cosas, lo que los fanáticos seguro que no perdonarán.
A ver, no está mal y se deja
ver, pero en una época donde hay series de calidad sobresaliente, ésta tiene
momentos sonrojantes (compararla con Juego de Tronos es como comprar al Barça
con el Hospitalet, por ejemplo).
Eso sí, si os pica la
curiosidad, o os gustan las series de época, podéis mirarla y seguro que os
entretiene.
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