Éste viernes, como siempre, toca reseña de
libro, concretamente el doceavo ¿ya? de la saga del Elfo Oscuro de R.A.
Salvatore.
Un libro que podría encuadrarse dentro de una
minisaga (Senda de Tinieblas) dentro de la grande y que sería su segunda
entrega. Vemos con qué volvemos al mundo de los Reinos Olvidados.
Historia: Un alma atormentada no puede esconderse
eternamente ni siquiera en las brutales calles de una traicionera ciudad. El
bárbaro Wulfgar emprende un peligroso camino hacia su redención cuando un viejo
amigo lo encuentra en Luskan. Este camino lleva a las cimas de la Columna del
mundo. Azotadas por el viento, Y Wulfgar perseverará, porque al final le espera
su más preciada posesión: la vida que creía perdida para siempre.
Lo primero que llama la atención en la novela
es que el Elfo Oscuro ni tan sólo sale, centrándose ésta en la historia de
Wulfgar, un bárbaro que ha encontrado un lugar donde quedarse en la ciudad de
Luskan. Allí hace de portero en una taberna de la que poco a poco se va
bebiendo las existencias.
Y es que el enorme bárbaro no consigue hacer
frente a todo lo que le pasó en el infierno y utiliza la botella para olvidar y
tener momentos de calma mental. Pero estar siempre borracho tiene efectos
secundarios, como frecuentar compañías nada adecuadas, meterse en líos o ir
agriando poco a poco el carácter.
De otro lado tenemos la historia de una chica
de campo de la que su señor se enamora, historia típica a más no poder y que
avanzará en paralelo a la de un Wulfgar consumido por los recuerdos.
Ambas historias se encontrarán en cierto
punto, pero ninguna de las dos tiene el empaque suficiente como para sustentar
la novela, que, al contrario que la anterior, se hace aburrida en muchos
tramos.
Porque a mí que me perdonen, pero todo el
tema del amorío en el feudo me parece simplón a más no poder y distrae la
atención del personaje importante. Un personaje que, por otro lado, tampoco es
que esté en su mejor momento, y para ver borrachos autocomplacientes me voy al
bar de la esquina una mañana de domingo.
Una pena, porque la saga en general tiene
historias buenas, o al menos tienen el ritmo suficiente para engancharte. Éste
libro no.
Personajes: Es curioso que en
una saga con tantos libros a sus espaldas haya tan pocos personajes conocidos
de relevancia, y es que el tener a una protagonista nueva durante más o menos
la mitad del libro y que el antiguo esté peor que en mal estado hace que pasen
éstas cosas.
Wulfgar: El antaño gran bárbaro, hijo adoptivo del rey de
Mithrill Hall, no puede hacer frente a todo lo que le sucedió durante sus años
de cautiverio, teniendo pesadillas incluso estando despierto y encontrando
solaz únicamente en la botella.
Aquí le veremos
caer hasta el fondo y asistiremos (o no) a su resurgir.
Meralda: Pff… qué pereza me da ésta mujer. Es una joven
campesina de un feudo pequeño enamorada de un chico guapetón; pero su vida
cambia cuando el señor de las tierras se fija en ella y empieza a cortejarla.
No es que su
historia sea mala, es que no sé ni a qué viene. Vale, los problemas con la
madre enferma, el sacrificio por su familia, el crecimiento personal, las
mentiras… todo eso no está mal, simplemente no sé qué hace en un libro de
Drizzt do Urden.
Morik: Matón reconocido en la ciudad de Luskan y único
amigo que parece encontrar Wulfgar en la misma. Es alguien sin conciencia que
intenta atraer al grandullón hacia el lado oscuro con tal de hacer fortuna.
Familia noble: De nuevo personajes nuevos. Aquí está el
hombre que se enamora locamente con sólo ver a Meralda de pasada (y que no ve
más allá) y a su hermana: una mujer acostumbrada a mandar y que no ve con
buenos ojos la relación de su hermano.
Otros: Lógicamente hay unos cuantos personajes más, desde
el consejero de los nobles (único personaje con cierta inteligencia en esa
casa) o el tabernero que emplea a Wulfgar. Ninguno es especialmente memorable,
pero al menos no molestan.
Opinión Personal: Los
más avispados habréis podido caer ya en que ésta novela no me ha gustado
especialmente, dejando de lado lo que me gusta de los libros de éste autor para
centrarse en dos personajes con problemas del mundo real (bueno, que te torture
un demonio durante años no es muy real) como son la depresión por no saber cómo
enfrentarse a un hecho doloroso y las cosas que hay que hacer a veces por la
familia.
Estos dos temas
podrían haber supuesto un soplo de aire fresco para el Elfo Oscuro, pero lo que
son es una losa dentro de una saga que muestra evidentísimos síntomas de
fatiga.
Y lo peor no es que se aparte tanto de lo
habitual, lo peor es que no lo hace bien, con una novela totalmente falta de
ritmo, de personajes carismáticos o cualquier gancho para atrapar al lector.
Dicho esto tengo que aclarar que no se trata
de un mal libro, no está mal escrito, tiene algunas escenas chulas y no es lo
suficientemente largo como para acabar siendo un tostón. Incluso hay acción! Lo
que pasa es que se convierte en algo tan del montón, uno de esos libros a olvidar
cuando cierras las páginas, que sabe mal que en esto esté quedando lo que fue
una genial primera trilogía.
Veremos cómo sigue esto, yo sigo teniendo
esperanza en que vuelva a su cauce, pero sólo el tiempo lo dirá.
Valoración Personal: 5,5.
2 comentarios:
¿El peor libro de toda la saga de Drizzt? Para mí si.
Mt
Completamente de acuerdo.
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