Llegamos ya a la quinta
temporada de Castle, faltándome sólo una para ponerme al día con el ritmo
americano.
Una quinta temporada que ha
tenido un punto central: al fin Castle y Becket están juntos, una relación que
no deben mostrar a priori de cara al cuerpo de policía (o podrían echar a
Becket) y que ha tardado un montón en materializarse.
Es como si hubieran dado el
siguiente paso lógico en el avance de la serie, de forma que queda todo muy
natural y sólo refuerza la gran química que hay entre éstos dos personajes.
Por lo demás, más de lo mismo:
casos autoconlusivos, con un par de excepciones que suponen los puntos álgidos
de la temporada. Unos casos que siguen contando con unos buenos guiones y
bastantes guiños para el friki, tanto de la serie como de otros géneros, con
los que les gusta jugar de vez en cuando.
Vamos, que a quien no lo
gustara la serie seguirá sin gustarle y quien la disfrute lo hará incluso un
poquito más. Continuista pero sin estancarse, así que ninguna queja por mi
parte: cada vez me gusta más!
2 comentarios:
Yo no la veo, pero mis padres son unos entisiasitas de Castle.
Y bien que hacen, porque mejora con cada temporada que pasa.
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