Últimamente parece que me cuesta seguir sagas
empezadas, incluso teniendo varios de los libros que la componen a mano.
Supongo que me he acostumbrado a leerme un libro de cada saga al año, más o
menos, por aquello de llevarlas al día y ahora no sé qué hacer cuando la tengo
entera disponible.
El caso es que al fin me he hecho con el
segundo libro de Shadowmarch, el Juego de las Sombras, y éstas son mis
impresiones.
Historia:
Pero la familia Eddon ya no gobierna en el
baluarte de Marca Sur. Los Tolly, parientes con pretensiones a la corona, han
dado un golpe de mano y han obligado a la princesa Briony a huir, cruzando la
bahía, con su viejo maestro de armas como único aliado.
Mientras tanto, su mellizo Barrick, dado por
muerto en la batalla contra los crepusculares, se ha internado tras la Línea de
Sombra siguiendo un mandato silencioso. Con él va Ferras Vansen, capitán de la
guardia y uno de los pocos humanos que han entrado en las tierras de los qar y
han vuelto con su razón intacta.
En la antigua capital de Hierosol, la esposa huida
Qinnitan elude a duras penas a los agentes de su todopoderoso marido, el
autarca de Xis, enviados en su busca... pero ignora que la potente flota del
autarca se apresta a conquistar la ciudad.
Y por todo el continente de Eion, viejos poderes
se mueven y conspiran para regresar, tejiendo planes en los que humanos y qar
son simples marionetas, preparando el momento decisivo en que los dioses vuelvan
a despertar.
En el primer libro
de la saga se nos presentaba un mundo de fantasía medieval con varios reinos
con distintos aspectos culturales y enfrentados entre sí, a la par con la
típica frontera que separa de los seres sobrenaturales pero con la ventaja de
verles atacando aquí ya desde el inicio.
En éste segundo
libro tenemos la ventaja de conocer a los actores y qué se espera de ellos, así
que puede dedicarse a ampliar cosas del mundo y a hacer viajar a los
personajes.
Porque uno de los
puntos más importantes de éste libro están en la sensación de que estamos ante
un libro de transición, con personajes perdidos, guerras que empiezan,
descubrimientos interesantes… pero ninguna conclusión, más bien un crescendo en
la escala de los hechos.
Tenemos desde un
asedio inminente, la consolidación de poder en un país tras un golpe de estado,
un viaje a través del país de las hadas, una princesa huyendo en solitario, un
rey encerrado intentando encontrar amistades, viejos dioses intentando volver,
e incluso elementos de magia focalizados en el uso de unos espejos por poner
algunos ejemplos de lo que vamos a encontrarnos.
Por suerte tenemos
suficientes frentes abiertos y el mundo es lo suficientemente interesante como
para que no se haga pesado el avanzar por sus páginas, saltando de un lado a
otro y viendo cómo va tratando la vida a los distintos ejes de ésta saga.
Como trama
fantástico medieval está bastante cerca de los clásicos en lo que a estructura
se refiere, sin incorporar ninguno de los elementos renovadores que sí
incorporan otros autores (Martin, Sanderson, Abercrombie, Erickson o Rothfuss).
Esto no es malo de por sí, ya que de vez en cuando apetece meterse con un libro
de los de antes, donde los malos son malos y los buenos deben hacer frente a
todas las adversidades que encuentran por el camino.
Lo mejor es que las
más de seiscientas páginas que componen el relato no se hacen pesadas y nos
prometen mayores emociones en las tramas futuras.
Personajes: Como he dicho al
comentar un poco la trama, uno de los puntos fuertes es la cantidad de frentes
abiertos que tenemos, cada uno de ellos con su personaje/s protagonista/s. Los
principales serían los siguientes:
Mas allá de la Frontera de la Sombra: El grupo que peor
lo pasa (probablemente) es el compuesto por el príncipe Barrik, el capitán
Vansen y el crepuscular Farol de Tormentas. Éstos tres emprenden viaje a través
de las tierras de las hada (o crepusculares) para cumplir una misión de vital
importancia (que no conoceremos hasta el final). Gracias a ellos veremos las
partes más fantásticas del libro, con criaturas de pesadilla e incluso un
semidios.
Briony: La gemela de Barrik consigue huir del castillo con
su maestro de armas a las primeras de cambio, intentando escapar de los
usurpadores y planeando una forma de volver a recuperar el poder para su
familia. La joven pasará también lo suyo para seguir adelante, lo que le hará
crecer como persona y aprender algunas cosas sobre como funciona el mundo
realmente.
Qinnitan: Huida de Xis y de su emperador, la joven se ha
labrado una vida en la ciudad de Hierosol, donde hace de ayudante de cocina y
similar dentro de palacio. Su trama, aparentemente irrelevante, parece que
esconda varias cosas relacionadas con la familia de Barrik. Veremos.
En el castillo: Dentro del castillo de Marca Sur (donde
pasaba gran parte de la primera novela) los acontecimientos no se han detenido,
y veremos cómo evolucionan las conspiraciones desde los ojos tanto de Tinwright
(un bardo) como de Melorana (la tía del rey). El primero mezclado en un amor
imposible mientras que la segunda se ve envuelta en algo que no acaba de
entender.
Cavernal: Bajo el castillo de Marca Sur (o al lado, no me
acaba de quedar claro) está la ciudad de Cavernal, donde vive un pueblo más
parecido a los Crepusculares que a los humanos y entre los que coge
protagonismo un tal Sílex, un cavernero que parece atraer los problemas como la
miel a las moscas.
Otros: Hay unos pocos frentes abiertos más, como el que
encarna el sumo sacerdote del rey dios de Xis, desde cuyos ojos veremos los
planes de dicho rey dios para conquistar Hierosol (una ciudad que jamás ha
caído por asedio) o su aparente obsesión con la concubina huida (Quinnitan).
Tenemos también a la figura de Eddon, el rey de Marca Sur que se hace amigo de
la hija del líder militar de Hierosol, una relación que le traerá algún que
otro problema a ésta última.
Opinión Personal: Si por
algo destaca el autor de Shadowmarch es por crear un mundo rico y tomarse todo
el tiempo necesario para poner las piezas en su lugar. Esto que puede
ralentizar la acción y hacer que los más impacientes dejen de lado sus novelas
hace que el crecer de la tensión sea muy gradual y cuando la cosa estalla lo
hace con un impacto mucho mayor.
Así que el Juego de
las Sombras no es un libro para todo el mundo, recomendable sólo para los que
no abominen de leerse un tocho sabiendo que la trama avanzará poquito por el
simple placer de ver cómo van creciendo los personajes a la par que el mundo
que les rodea.
Otra cosa que no
juega a favor de éste libro es su evidente sabor añejo. Una novela que si llego
a leerme hace veinte años me hubiera colado perfectamente justo detrás de
Añoranzas y Pesares (del mismo autor y con un ritmo inferior a ésta).
Con esto no quiero
decir para nada que estemos ante un mal libro, al contrario, estamos ante un
buen ejemplo de libro de transición en una saga de cuatro entendida por su
autor como un libro completo con cuatro partes. Así que si la primera nos
presentaba la historia, ésta vendría a ser la primera parte del nudo, una parte
evidentemente más lenta de lo que será la segunda y sin ningún tipo de
resolución, no en vano estamos a la mitad de una novela muy grande.
Si esto consigue
entenderse y aun así se sigue queriendo avanzar en ésta interesante saga lo que
uno se encuentra es un libro muy cuidado, con personajes interesantes y un
trasfondo que crece a cada capítulo que pasa y que hace anticipar dos novelas
mucho más movidas para finalizar la trama.
Ahora ya tenemos
todas las piezas presentas (creo), los acontecimientos en movimiento y los
dados tirados. Espero que el siguiente libro se dedique a hacer avanzar la
trama y a preparar un final de traca (como el que me dio la ya mencionada
Añoranzas y Pesares).
Valoración
Personal: 7,5.