Vuelvo a la carga con la
relectura de Bakuman, en ésta ocasión comentaré únicamente los tomos 5 y 6, que
corresponden con el espacio en el que el dúo protagonista consigue la serie
regular en la shonen Jump.
Éstos dos tomos son un gusto
en cuanto a ver lo difícil y duro que es tener una serie semanal en la Jump, 19
páginas todas las semanas y encima pendientes de las encuestas por el miedo a
bajar demasiado y que acaben cancelándote la serie. Y encima las cosas que no
puedes controlar, como un cambio de supervisor o enfermar por exceso de
trabajo.
Me ha gustado mucho ver el
ambiente que se crea cuando se deben contratar ayudantes, incluso conocer las
cifras que se llevan los autores por página o por tomo vendido. Todo contado
con la habitual maestría de Ohba y el genial dibujo de Obata.
Dejando a un lado a los
protagonistas tenemos también bien creado el grupo de “rivales”. Otros mangaka
con sus propios sueños y problemas que intentan tirar adelante sus propias
series.
Quizá todo el trozo del hospital,
con la decisión de la Jump, el boicot y el posterior final de la serie se hacen
algo injustos de leer (cosas del mundo del comic), pero no por ello estás
devorando páginas todo lo rápido que puedes.
Sigo pensando que estamos ante
una auténtica obra maestra de la viñeta, algo que cualquiera al que le interese
el mundillo lo más mínimo debería tener en sus estanterías sí o sí. Si incluso
se empieza a permitir hacer bromas autoreferenciales, como ver a os autores
intentar incorporar algún elemento a su obra y ver cómo los autores de Bakuman
la están aplicando a su vez a la suya.
Lo dicho, una genialidad
imprescindible.
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