Y llegamos ya al final del
repaso (no sé si el cuarto o el quinto que hago) a Slam Dunk, unos tomos que
van del 25 al 31 y que se centran en el partido eliminatorio contra el mejor
equipo de Japón, un Sannou que se hace carismático a cada página de partido que
pasa.
No podía ser mejor la
despedida de la serie, un partido contra los chicos buenos del campeonato,
siendo ellos los malos de película, como debe ser.
Al ver la longitud de éste
partido en tomos puede que más de uno se asuste, pero no os preocupéis, se hace
realmente corto y cuenta con un tramo final que está en lo más alto de la
historia del manga deportivo: un ejemplo de cómo debe hacerse un final
emocionante únicamente a base de viñetas, dibujarlas bien y colocarlas como un
auténtico maestro.
Quitando que nunca jamás
veréis un partido de baloncesto tan apasionante como éste, aquí tenemos el súmmum
de lo que podía hacer su autor en cuanto a dibujo y composición de viñetas, una
maravilla en lo que a expresiones faciales se refiere y unos personajes que
hacen que los del principio parezcan caricaturas.
Ya sabéis mi opinión de éste
manga: una auténtica obra maestra con unos personajes inolvidables y un dibujante
que va a mejor tomo tras tomo, haciendo que echar la vista atrás apenas cinco
tomos sea toda una experiencia.
Comentaré también que acabado
el partido, tras esa emoción que te coge y no te suelta, tenemos un ligero
bajón que acaba dejándote con ganas de más, con ganas de ver a Inoue retomando
su obra magna en breve y ver qué harán los chicos del Shohoku en el siguiente
año. Los mimbres están allí, los jugadores del nacional están creados y los
rivales no pueden ser más carismáticos, así que esperemos que se lo piense y
nos regale la tan esperada continuación.
Para seguir sabiendo mi
opinión os pongo el link a la reseña que hice en su día, pero si no lo habéis
leído ya os emplazo a hacerlo en cuando podáis. No os arrepentiréis.
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