Una de las series más
controvertidas de los últimos años ha sido sin duda Hannibal, una serie con
vocación de canal de pago que vete a saber por qué acabó siendo emitida por un
canal en abierto americano. Tanto ha sido así que dicho canal no ha soportado
la presión (ni la audiencia) y ha acabado cancelando la serie antes de lo que
estaba previsto. La esperanza quedaba en plataformas como Netflix o Amazon,
capaces de resucitar series, pero parece que con la tercera acabaremos las
temporadas de Hannibal.
Ésta temporada es algo
distinta a las anteriores, primero porque tenemos a Hannibal huido de la
justicia, ya desenmascarado y viviendo en Italia. La persecución del caníbal
seguirán ejerciéndola los mismos hombres, pero entre el cambio de escenario y
el que todos sepan ya quién es el malo, la cosa cambia. Si a eso le añadimos un
psicópata que se quiere vengar de nuestro chef, acabamos por tener una primera
mitad de temporada muy entretenida.
En cuanto a la segunda, en
ella tendremos al Dragón Rojo, otro villano más, lo que unido a un nuevo cambio en la situación de Hannibal nos
dará un tramo final de serie más similar a las películas y con calidad más que
suficiente.
Respecto al final debo decir
que me ha gustado mucho, llegando a una conclusión que se puede considerar
cerrada y que satisfará sin duda a los que hemos hecho el viaje que han
supuesto las tres temporadas.
El tono y la ambientación son
las mismas: un ritmo pausado (que no lento), basado en la interpretación de los
personajes, las imágenes impactantes, una buena trama y mucha simbología. Ésta
mezcla (junto al gore explícito) hacen que la serie no sea para todos los
públicos, teniendo claro que si no ha enganchado desde el principio en ésta
última temporada tampoco lo hará.
Personalmente creo que ésta
temporada es superior a la segunda pero sin llegar al nivel de la primera (por
poco), y creo también que las ensoñaciones son mucho más claras, lo que la hace
más fácil de seguir.
Estamos ante una serie muy
particular, tanto por su producción como por su temática, un producto cuidado
al detalle y de altísima calidad. Lástima que no haya encontrado su hueco,
porque personalmente me quedaré con ganas de ver qué podrían haber hecho los
guionistas de completar su proyecto inicial de cinco temporadas. Pero bueno,
tal y como queda lo que hay creo que es un producto más que recomendable. Una
serie que la mayoría aborrecerán pero que unos pocos disfrutarán como enanos.
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