Dos días seguidos comentando
la Espada del Inmortal, supongo que últimamente es lo que más me apetece leer,
y el hecho de tenerlo todo en la estantería supongo que ayuda un poco.
Si en la “saga” anterior decía
que el ritmo había bajado, aquí básicamente sucede una única cosa: aparece
Shira y se acaba su trama. Éste buen hombre es el auténtico villano de la serie
(que no antagonista) una bestia parda capaz de unas atrocidades sin nombre a la
que se le ha metido entre ceja y ceja acabar con Manji.
Y eso es lo que tendremos, un
combate a más de dos bandas con éste engendro de la naturaleza totalmente
desatado. Aquí lo que prima es la crueldad y la personalidad arrolladora de
éste personaje, que se come las páginas de los dos tomos como si apenas hubiera
un par de decenas.
El dibujo es excelente, a
veces rozando lo desagradable por lo escabroso que es en algunas escenas, pero
mostrando siempre unos personajes muy bien definidos y una acción que se sigue
sin ningún tipo de problema.
Pensar que un combate pueda
durar dos tomos y hacerse corto… en fin, es lo que hay. Dudo mucho que en los
tomos que quedan pueda haber nada parecido a esto, y no por la calidad del
combate en sí (que tampoco es que sea el mejor de la serie) sino por lo
visceral que resulta todo y el asco que le hemos llegado a coger a un personaje
como Shira.
Muy, pero que muy bueno.
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