Sigo con el repaso a una de
las obras más conocidas de su autor (aunque yo sigo prefiriendo Monster), en
ésta ocasión pasamos a una nueva saga, conretamente una que nos lleva desde la
segunda mitad del quinto tomo hasta la primera mitad del tomo ocho.
Lo primero que llama la
atención en el cambio de saga es el salto temporal que da el manga, catorce
años en el futuro y lo único que vemos es cómo está el mundo, dejando de lado
lo sucedido en el momento anterior y mostrándonos la vida de una Kanna ya adulta
que vive en un barrio marginal.
A lo largo de los siguientes
tomos se nos irá desgranando una posible conspiración por parte del grupo de
amigo para asesinar al Papa en su visita a Japón, conspiración que nos muestra
lo mal que está tanto la policía como el gobierno (corrupción, infiltrados, etc…)
y nos presenta a un joven policía que enseguida se posiciona al lado de Kanna.
Por otro lado saltamos a una
prisión de máxima seguridad, donde vemos a Shogun muy envejecido e intentado
huir con la ayuda de un aspirante a mangaka. Aquí se nos narra lo sucedido en
la nochevieja sangrienta a modo de flashback mezclándolo con la fuga de la
cárcel en un tramo de una intensidad altísima.
Y para terminar nuevo
flashback sobre la expo japonesa del 70, algo que no acaba de quedar claro
porqué aparece hasta un poco más adelante, pero que añade una nueva incógnita a
la ecuación.
En general en ésta nueva “saga”
lo que se incrementa sobremanera es la velocidad y la acción, algo que, al
unirlo al misterio crea una tensión muy bienvenida.
Eso sí, el salto hacia delante
en el tiempo te descoloca cosa mala, algo que le gusta muchísimo hacer al autor
para ir mezclando la narración en distintos momentos del tiempo y cómo unos son
deudores de los otros.
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