Se nota mucho la tensión en
éste tomo, no en vano estamos cerca del último (el 20) y la acción debe
acelerarse o la cosa no podrá acabar, y menos con los tomos tan finos como
están siendo éstos últimos.
En ésta ocasión todo parece
girar en torno al despertar del Zet, algo que estamos esperando desde que
desapareció y que al fin se produce en éste tomo. El motivo? Que su amigo
decide por sí mismo traerlo al mundo.
El problema es que no está
controlado, pareciendo más una bestia que otra cosa y llevándose por delante
todo lo que se mueve.
Lo mejor del tomo es lo bien
que sabe transmitir la tensión y la indecisión por parte del protagonista que
se debate entre transformarse en lo que necesita ser y quedarse siendo humano
para poder tener una vida normal, sin saber si seguirá siendo él o no tras la
transformación.
Por lo demás sigo pensando que
el autor da demasiadas vueltas para mostrarnos lo que quiere, alargando
innecesariamente la acción y haciendo eterno algo que debería ir más rápido.
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