Por segundo día consecutivo
(no os preocupéis, mañana toca otra cosa) os traigo la serie de Invencible, de
Robert Kirkman. En ésta ocasión se trata de su segundo arco argumental, que nos
lleva del quinto al octavo número USA y que empieza a desplegar una posible
historia a más largo plazo.
El formato sigue siendo
similar: historias más o menos autoconslusivas en cada número (la del quinto se
lleva la palma) rodeadas de esa aura de cotidianeidad que envuelve a toda la
obra. No en vano en su familia todos saben cómo funciona el tema de los
poderes, así que la adaptación a que el protagonista los tenga se ha dado de
forma cuasi absurdamente natural.
Los números cinco y seis son
del tipo monstruo de la semana, con un sexto algo más flojo y un quinto con una
resolución cuanto menos original (a mí me ha gustado mucho). Y luego los dos
siguientes, aquí se nota que se está preparando algo más grande y que la serie
está asentada (y en éste punto miras hacia atrás y ves algunas pistas de lo que
está por venir) ya que los que mueren son ni más ni menos que una parodia de la
Justice League, el grupo más poderoso de éste planeta (y tienen un funeral y
todo).
Creo que éste volumen me ha
gustado un pelín menos que el primero, supongo que el efecto novedad ya se ha
acabado y ahora empiezo a esperar que se desarrolle una trama, y el autor se
está tomando su tiempo (como hace en The Walking Dead, por cierto). Lo que
espero de ésta serie es cierta continuidad entre un número y el siguiente y que
poco a poco la participación de Invencible en el mundo sea algo más tangible.
Supongo que esto iría en detrimento de lo que más me está gustando hasta el
momento: el día a día, el ver lo cotidiano que es todo y cómo es la faceta no
superheroica del personaje, pero también tengo ganas de ir metiéndome más y más
en éste universo. La impaciencia, que me puede.
Sigue pareciéndome una buena
serie y con mimbres para ser excelente, a ver cómo sigue.
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