Vuelvo a la carga con un anime de esos que te
recomiendo Netflix y, al ver que tienen únicamente 13 capítulos, acabar por
ver.
Veamos qué tal está Sinbad.
Estudio: Lacy-duce
Nº Capítulos: 13
Manga Original de: Shinobu Ohtaka
Hasta que cuando es adolescente se ve envuelto
en una trifulca con el ejército de su país, en el que se niega a alistarse. Y
qué puede hacer? Intentar ser el primero en conseguir el poder de unas
misteriosas torres en las que ejércitos enteros han perecido, pero que parece
esconden el poder para convertirse en el rey del mundo.
Así, acompañaremos a Sinbad en sus aventuras
para intentar unificar todos los reinos bajo su mando, una aventura que irá siguiendo
ciertos pasos lógicos (resueltos de forma poco lógica) mientras consigue más
poder y nuevos amigos y aliados.
Es un anime con altas dosis de humor mezclado
con una trama algo más seria y con personajes carismáticos. Lástima que sólo se
desarrolle una parte y quede pendiente de que se decidan a hacer una segunda
temporada para seguir con las aventuras de éste marinero.
Apartado técnico: Sinbad es un anime bastante
moderno y eso es algo que se nota en la calidad visual del mismo.
Tenemos una obra que destaca por un colorido
muy potente, con grandes contrastes como pueden ser los pelos de los personajes
o unos azules muy vivos.
También vale la pena destacar unos diseños de
personajes vistosos y muy distintos entre sí, así como unos escenarios originales
y bien recreados (además de variados).
En lo que a la animación se refiere nos
encontramos con una calidad general bastante decente, destacando sobremanera en
los momentos de lucha, donde todo se mueve bastante más fluido.
La pena de ésta serie es la habitual en éste
tipo de productos: es irregular en muchos momentos, teniendo tramos largos de
capítulos bastante peor hechos que el resto, lo que hace que la sensación
general no sea todo lo buena que podría ser.
De notable bajo.
Personajes: En trece capítulos tenemos una
serie que se las apaña bastante bien para presentar a un buen puñado de
personajes, incluso profundizando un tanto en algunos de ellos. Veamos los
principales:
Sinbad: El protagonista de la
historia, el chaval que sale de todos los líos como buenamente puede y que
sueña con unificar el mundo bajo su bandera. Es con su carisma e inventiva como
sale habitualmente de los líos, aunque según pasa el tiempo se va volviendo más
y más poderoso a nivel personal. Un protagonista que valora a sus compañeros
por encima de todo lo demás.
Dragul: El primer antagonista de la
serie, un hombre que debe lealtad a su reino aunque parece anteponer las
necesidades de cierta noble. Se enfrentará a su hermano, quien será (sin duda)
el villano a futuro. Vamos, que es el típico malo de buen corazón.
Compañeros: Hay unos cuantos compañeros
más, no en vano en cada aventura se hace con alguno, pero hablar de ellos sería
adelantar acontecimientos, así que paso de hace spoilers.
Ja’far: Niño asesino, entrenado desde
su más tierna infancia y líder de una conocida secta de asesinos. El chaval
parece obsesionado con matar, siendo violento y no teniendo ningún escrúpulo.
Hinahoho: El primer aliado de importancia
que hace el bueno de Sinbad. Se trata de un guerrero del país del hielo que en
el momento de conocer al protagonista aún no ha demostrado ser un adulto dentro
de su tribu. Un personaje más serio y comedido que el protagonista, demostrará
ser un auténtico amigo.
Antagonistas: Igual que en cada país que
visitan acaban por hacer amigos, no es menos cierto que los antagonistas están
a la orden del día, ya sea competidores en los negocios o guerreros enviados
para matar al protagonista.
Opinión Personal: Sinbad es una buena serie de
acción y aventuras en un mundo fantástico, sabe mezclar los momentos más serios
con humor típico japonés (incluso momentos SD). Pero le pesa mucho en mi
valoración personal el que se trate de una primera temporada y que quede tan
abierta como queda.
Y es una pena, porque son trece capítulos en
los que el protagonista y su causa evolucionan un montón, desde mero matado de
un pueblo perdido hasta mantener pactos con pequeñas monarquías y tener una
flota comercial importante. Una evolución que vemos en pantalla y que se lleva
a cabo tanto de forma diplomática como por la fuerza de las armas.
La inclusión además del poder escondido en
las torres hace que la trama tenga un punto misterioso y místico, además de ser
una buena excusa para poner en pantalla acción de la buena, con rayos y truenos
por todos lados.
Vale la pena decir que en algunos momentos se
siente como si faltaran trozos importantes de trama entre un capítulo y el
siguiente, trozos que se nos narran mediante voz en off pero que no hubiera
estado de más ver. Eso es algo que hace que los saltos de una localización a
otro no se sientan demasiado naturales y uno se pregunte cómo va todo lo que se
va dejando atrás.
En general es una serie entretenida, que no
se hace pesada en ningún momento (cuando apunta a ello acelera su ritmo) y que
bien puede merecer la pena verse. Eso sí, avisados estáis de que no termina y
de que tiene algunos defectos bastante evidentes.
Valoración
Personal: 6,5.
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