Ahora sí, éste es el tomo que
me hace decir que Invencible tiene merecidas sus buenas críticas y que no tiene
nada que envidiarle a The Walking Dead, al menos en su género. Y eso por qué?
Básicamente
porque la forma de tratar las tramas de Kirckman acostumbra a hacer que hasta
que la historia no tiene cierto rodaje no acaba de despegar del todo, y eso es
lo que ha sucedido en éste número.
Cuando uno se acerca a un
comic de éste estilo espera que la trama de fondo continúe, que para historias
cortas ya están los héroes de siempre. Una trama que se desarrolle a lo largo
de varios tomos, con enemigos que van y vuelven, con planes a largo plazo y con
relaciones personales trabajadas y con recorrido.
Éste tercer tomo nos aporta
todo esto: nos abre algo más el universo al presentar un nuevo planeta, nos
muestra de nuevo al padre y lo que ha estado haciendo, aparecen los clones, el
tipo del cerebro en la espalda, varias dimensiones alternativas, enemigos de
relleno, avances en la vida civil del protagonista… de verdad que el nivel
medio del tomo sube mucho, y catapulta la historia a las muy recomendables (y
lo que me queda por leer).
Y no sólo eso. El dibujo ha
mejorado horrores, con páginas dobles simplemente magistrales, un uso del color
como pocas veces he visto y un acabado general muy bueno (aunque el estilo no
acabe de ser el que más me gusta).
Es un comic con una gran personalidad,
que con éstos diez números se consolida como la gran historia de superhéroes
que me decían que era y da a los que hemos llegado hasta aquí motivos más que
de sobra para seguir adelante y ver hacia donde nos lleva todo.
PD. De verdad que la escena de los saltos dimensionales vale el
precio del comic por sí misma.
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