La serie se acerca a su
ecuador y lo hace encadenando una serie de tomos que no sirven precisamente
para enganchar al personal. Un quinceavo tomo en el que parece que los
personajes se dediquen
Es curioso que una serie con
ideas tan chulas y la capacidad del autor de hacer argumentos interesantes
(cuando le apetece) de con un bache tan acusado como éste. Supongo que debe
deberse a la afición (reconocida por él) que tiene Mashima a la improvisación,
apuntando una serie de trazos generales para según que sagas pero haciendo un
poco lo que le sale de los huevos la mayoría del tiempo.
Sinceramente pienso que tenía
pensada la trama hasta el punto de la pelea entre los dos Gales y una ligera
idea sobre Elie y las tres Rave que faltan, pero esto es algo que prácticamente
ni se menciona en éste tomo, así que imaginaros a qué nos enfrentamos.
Con todo, los combates siguen
los esquemas típicos en un shonen, y el autor sabe hacer que sean entretenidos
e incluso emocionantes por momentos. Algo que no le disculpa de no centrarse un
poquito más en lo realmente importante.
Por su lado el dibujo sigue en
su lenta pero constante mejoría, definiendo poco a poco su propio estilo. Un
dibujo que, pese a mejorar sigue lejos de los niveles a los que nos ha
acostumbrado en Fairy Tail.
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