Hay que ver lo mal que lo he
pasado ésta semana, y todo por culpa de las dos películas de ésta saga. En fin,
veamos qué aporta Expediente Warren: el caso Enfield.
Hay que aclarar que la
película es un caso más dentro de la vida del matrimonio Warren, pero que las
tramas del matrimonio y de la familia sufridora no se juntan hasta la hora de
metraje, más o menos.
Es una película de terror, de
casa encantada y posesión, pero es algo más por la aportación que hace la
historia que llevan con ellos el matrimonio que ya vimos en la primera entrega
de la saga.
De entrada lo que vemos es a
una familia (madre y varios hijos) que tiene que sufrir fenómenos paranormales
bastante hardcore, especialmente una de las hijas, que se despierta fuera de su
cama todas las noches y parece ser el objetivo prioritario del espíritu de la
casa.
Está rodada con maestría, con
planos bastante largos (las escenas son sorprendente largas) que nos van
generando más y más tensión hasta el inevitable momento de susto. Pero lo peor
no es el susto en sí, sino lo bien generada que está la tensión previa. No exagero
si os digo que he tenido que parar la película en alguna ocasión para tomarme
un respiro, incluso he bajado el volumen de lo tenso que me estaba poniendo…
Porque sí, la peli da miedo.
Mucho. Especialmente en su primera mitad, cuando aún no tienes claro lo que
pasa y el terror es más insinuado que mostrado (la segunda mitad ya es más “normal”).
Así que abstenerse corazones débiles.
Actoralmente está muy bien
llevada. El matrimonio Warren tiene química, y los dos están a una gran altura.
Los niños están correctos (menos la protagonista, que hace un gran papel). Y,
en general, te los crees a todos.
Me gusta que la película no se
centre únicamente en la “casa encantada”. Aquí vemos los problemas derivados de
no poder dormir para una niña, la tensión que vive la familia, el interés de
los medios, cómo actúa la policía… una maraña de historias muy pequeñitas que
le dan más profundidad a la película.
Personalmente creo que es
mejor ésta segunda entrega que la primera. Puede que su director sorprenda
menos con algunos planos, pero se le nota el oficio para hacernos pasarlo mal.
Muy mal.
Valoración Personal: 8,5.
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