Doceavo tomo ya de One Punch
Man, parece mentira lo rápido que ha caído la primera docena de volúmenes de
éste gran manga. Y no sólo porque la mayoría de ellos sean de lectura rápida,
sino porque se disfrutan tanto que siempre saben a poco.
Soy consciente que una obra de
ésta escasa duración (y con lo larga que puede llegar a ser) no puede ser
considerada una imprescindible, pero en mi caso se ha convertido en un manga
top entre los que voy comprando, uno de esos que compro el día que salen y
disfruto un par de veces.
Éste doceavo tomo sigue la
tónica de los anteriores, manteniendo el status quo que había en el tomo
anterior, es decir, un torneo de artes marciales con un enemigo potente (ya
veremos lo que dura), un ataque de la misteriosa asociación de monstruos a gran
escala y a Lobo haciendo de las suyas.
Son unos cuantos frentes que
siguen rebosando acción y humor por los cuatro costados, en una mezcla
difícilmente encontrable en ninguna otra obra y que consigue atrapar cosa mala.
De verdad, tan pronto estás
vibrando ante un combate espectacular como te ríes por la enésima chorrada que
pasa por sus páginas.
Mención especial tienen los
capítulos extra (aquí sólo uno), unos capítulos donde nos explica historias
paralelas y autoconclusivas que pueden ser tan buenas como la de King en éste
número.
Diversión en estado puro. No puedo
pedir más.
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