Cerquita de la veintena y sigo
sin apenas detenerme con Rave (igual si paro ya no la vuelvo a coger XD). En
ésta ocasión tenemos un tomo con dos calidades muy distintas.
Lo primero (y lo mejor) es el
combate de Let. El personaje de la raza de los dragones parece solventar sus
asuntos con su enemigo/rival de toda la vida, además de terminar toda la trama
de la novia convertida en dragón. Es un trozo corto, intenso y bastante bien
narrado, al que quizás le sobra alguna fantasmada. Pero bueno, es un shonen.
Y luego tenemos al grupo
protagonista encontrándose y enfrentándose a una serie de malos secundarios de
los secundarios. Esos combates que tan poco me gustaron en Bleach y que parecen
obligatorios para alargar innecesariamente una obra. De verdad, cuándo
aprenderán a no hacer éstas cosas? Lo único que consiguen es aburrir, y si lo
que quieren es estirar el chicle que hagan los combates contra villanos
importantes más largos.
El capítulo final vuelve a
remontar la calidad media, trayendo a Shuda de entre los muertos (otra vez) y
mostrando al personaje con poses molonas.
De verdad que me gusta lo que
hace Mashima, pero sigo sin entender ésta vagancia o ésta improvisación cuasi
absoluta que guía la mayoría de sus tomos. Cuando se centra un poco en la trama
la calidad del manga está bastante bien, pero cuando se va por las ramas… al
menos entretiene.
En fin, un tomo más que me
sigue confirmando que el autor tiene potencial, que prefiero Rave antes que
Fairy Tail y que Mashima está empezando a pulir su dibujo.
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