Y cambiamos de decena llegando
ya a los treinta tomos de Rave, dejando a estas alturas ya tan sólo cinco para
terminar (de nuevo) la obra.
En ésta ocasión nos vuelve a
tocar un tomo atípico para lo que es la obra, ni viajes, ni combates…
simplemente avanzar en la trama, que ahora sí, se siente preparada y nos ata
algunos elementos que veníamos arrastrando prácticamente desde el principio.
Éste tomo nos propone el
inicio del viaje al pasado por parte de Elie y Haru, un viaje en el que
supuestamente conseguirán volver a unir la Rave, pero que está sirviendo para
que conozcamos lo que sucedió con Resha y la famosa guerra eterna entre Sinfonia
y Leagrove.
Es un places conocer cosas que
se nos han estado contando de soslayo desde hace tanto tiempo, y que se nos
sigan contando como la aventura de los dos personajes principales aún tiene más
mérito. Unos personajes que consolidan la relación que les une y que tampoco es
tan común dentro de los shonen (de hecho es inexistente en la obra actual de
Mashima).
Me gusta verles perdidos por
el castillo, ver a Resha, ver a Shiba de nuevo… o ver a Sieg Heart preocupado
por lo que puedan cambiar. Y todo con pistas evidentes del origen de Elie.
Pero bueno, el grueso de la
trama sigue sin contarse, pero ya queda poco para tenerla toda.
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