Llegamos al tomo treinta y uno
de Rave con una sensación de estar cerca del final realmente patente. Atrás han
quedado las sagas de relleno y los malos añadidos para que la obra gane en
extensión sin tener que trabajar demasiado, ahora lo que toca es centrarse de
una puñetera vez en la trama principal y acabar de ligar todo lo sucedido en el
pasado con lo que está sucediendo ahora.
La mejor forma de hacerlo? Que
tres de los protagonistas viajen al pasado y encuentren las respuestas de
primera mano.
Éste tomo está narrado de
forma estupenda, y encima no se va por las ramas y condensa en un único volumen
algo que otros autores hubieran alargado cual chicle. Los mini saltos dentro
del pasado nos dan sensación de urgencia, y la posibilidad de cambiar el futuro
si la cagan ayuda mucho a crear tensión.
Además del tono aventurero y
de descubrimiento de lo sucedido (como la auténtica identidad de Elie –que se
veía venir- o lo que sucedió el día de su muerte) tenemos uno de los finales de
personajes mejor tratados de la historia del shonen. Sieg Heart tiene un final
emotivo como pocos y sin necesidad de una batalla gigante, simplemente un gesto
le hace entrar en el olimpo de los grandes personajes.
Como podéis ver es un tomo que
me ha gustado, y que termina con la vuelta al presente de dos de los
protagonistas. Un tomo que ayuda mucho a encarar la recta final y deja las expectativas
altísimas en el trabajo que pueda realizar Mashima con el manga.
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