Ya está, la relectura de la
Cumbre de los Dioses ha pasado por la mesilla de noche y termina con el quinto
tomo.
En ésta ocasión la colección
se pone no sólo más épica, sino que también tiene una carga de emotividad
importante. Es de esos tomos que finalizan pronto lo que parecía la trama
principal para centrarse luego en lo que siempre lo ha sido y no nos había quedado
claro del todo.
La lucha contra la montaña, la
historia de Habu, los misterios de Mallory, la personalidad del protagonista…
todo termina en éste tomo, y lo hace apelando a lo más hondo del lector,
metiéndole en una historia de superación que alcanza su clímax durante las
páginas de éste volumen.
Hay tal amor por la montaña,
está tan clara la idea del manga que viene arrastrando desde el principio y
está tan bien contado todo… sufrimiento, dudas, realización, amor, obsesión…
múltiples sentimientos en las páginas de un tomo que sirve como colofón para
una obra imprescindible.
Sigo pensando que es lo mejor
que he leído de Taniguchi, una obra imprescindible en cualquier biblioteca, sea
amante del mundo del comic o no.
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