Y llega el final de ésta obra que tanto prometía y tan justita se ha
quedado, un final totalmente entregado a la fantasmada y a la acción por la
acción.
Vale, hay combate contra el malo, la imbécil se espabila y nos ofrecen algo
similar a una explicación y a un final (que bien podría haber sido un punto y
seguido de lo abierto que lo dejan). Pero no deja de ser una obra que parece
haber cogido una deriva muy raruna y que no casa con la supuesta seriedad que
tenía al principio, ha cambiado de tono e incluso de género.
El tomo en sí es bastante distraído (no podía ser de otra manera), pero es
algo que hemos visto una y mil veces en obras shonen, con el poder del amor
pudiendo sobre todo lo demás, los malos (menos uno) pasándose al lado de los
buenos con frases como: “nuestro Dios ha muerto, ahora tendremos que seguiros a
vosotros”.
Al menos todo el tema del intento de suicidio que venía rondando desde
hacía tiempo sí que se ha cerrado de forma satisfactoria (aunque previsible).
Punto a favor.
En fin, que como tomo no está mal, pero que visto el arranque da lástima
ver en qué se ha convertido: un shonen de acción más, con muchísima fantasía y
en el que el lector tiene que poner de su parte para tragar.
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