Llega al bloc el treceavo tomo
de One Punch Man, el manga de humor y acción que todo el mundo debería tener en
sus casas. Sí, la cosa me sigue pareciendo igual de divertida, y eso que en
ésta ocasión se deja a veces de lado el humor para irse a la acción más
espectacular y desatada.
Por un lado tenemos la
invasión de monstruos, algo que parece querer dar a la serie un trasfondo
interesante: monstruos con capacidad de crear nuevos hasta el infinito y
organizados para acabar con la asociación de héroes… y aquí tenemos algunos
diseños muy bizarros, la recuperación de algún secundario interesante y la
adición de más elementos de mitología a One Punch Man (como los espadachines o
la identidad de un héroe de clase S).
Y por otro lado está el
protagonista en el torneo de artes marciales intentando entender qué tienen de
gracioso dichas artes. Es un torneo muy bien llevado, que sabe darle carisma al
oponente que tendremos en la final aunque sepamos cómo va a acabar todo.
De verdad, me fascina la
habilidad para hacer una historia con un protagonista invencible (y con mucho)
que funcione tan bien como ésta, con dosis de acción muy elevadas y con un humor muy especial que no
sólo no se deshecha sino que se exprime todo lo que se puede.
Por no hablar del fabuloso
dibujo, simplemente impecable y que es el ideal para la obra que tenemos entre
manos (dinámico y detallado como pocos, pero sin perder en ningún momento
frescura).
Me encanta.
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