viernes, 12 de junio de 2020

Lobo Solitario y su Cachorro


Hay varias obras de las que uno ha oído hablar durante mucho tiempo, obras que suponen un hito en el género en el que nacieron y que se suponen de obligada lectura para cualquier aficionado con más inquietudes que leer las novedades.

Estoy hablando de obras como Watchmen o… el Lobo Solitario y su cachorro.

Pues bien, hace un tiempo me dije: y por qué no?

Historia: En un Japón feuda Itto Ogami, antiguo albacea oficial del shogun, deja su casa junto a su hijo y jura venganza contra una familia poderosa: los Yagyu.

Desde ese momento, ambos personajes empiezan un viaje por el país, trabajando como asesino a sueldo (o algo similar) en un montón de aventuras que van retratando las partes más sórdidas del Japón de la época. Pero siempre con un objetivo: desenmascarar a la familia que les empujó a su nueva vida, acabar con ellos.

Y de eso va, una primera mitad de obra que suponen aventuras auto conclusivas de mayor o menor calidad (van mejorando) y que nos sirven para conocer a los personajes y el entorno en el que se mueven. Y una segunda mitad en la que la trama se centra, se elevan las apuestas y se dirige todo hacia una conclusión aparentemente inevitable.

Personalmente, de las dos partes en las que se puede partir la trama me quedo con la segunda. Vale que sería menos potente sin la primera y que en ésta hay algunas historias magníficas, pero es cuando se pone toda la carne en el asador cuando el Lobo Solitario se sale.

Dibujo: Debo reconocer con vergüenza para mí y mis descendientes que el dibujo de Kazuo Koike se me atragantaba un poco, lo veía excesivamente añejo (es del 70) y me parecía que me iba a costar acostumbrarme a él.

A día de hoy no puedo estar en más desacuerdo con lo que me pareció en ese momento. De verdad que es comparar éste dibujo con cualquier comic americano de las mismas fechas y flipar en colores con lo que estaba haciendo Koike en ese momento.

Y no sólo valorando el comic por el momento de su publicación, es que pensando que se pudiera publicar a día de hoy me sigue pareciendo que tiene un buen dibujo. No en la línea limpia o redondeada de publicaciones actuales, sino con un trazo más sucio, más duro, pero tremendamente expresivo.

Donde sí que Koike se sale es en la forma de narrar, domina la viñeta secuencial como pocos (se me viene a la mente Adachi) y deja en ridículo a comics de superhéroes contemporáneos (en los que abunda el cuadro explicativo). Aquí seguir lo que sucede es un gustazo, con páginas y páginas en las que la imagen de cuenta lo que está sucediendo, sin necesidad de texto que lo apoye y sabiendo qué viñeta mostrar para que la lectura sea fluida, sin saltos absurdos. Una maravilla.

Personajes: No deja de ser curioso que un comic con tantas páginas (más de 8000) no tenga un grupo de secundarios recurrentes amplio. Es que ni tiene!

En toda la obra seguiremos a los dos protagonistas y a su antagonista. Y si bien es cierto que en el tramo final aparece otro antagonista (del que no diré nada para no hacer spoilers), no es menos cierto que los personajes que pasan por éstas páginas son de usar y tirar.

Itto Ogami: El samurái que se obsesiona con cobrarse venganza y empieza el viaje por el país. Un tipo estoico, al que prácticamente nada desviará de su objetivo. Luchador excepcional, hombre de honor… y un Samurái con todas las letras.

Daigoro Ogami: El hijo, el niño (que al empezar tiene tres años) que se ve en una trama que de entrada no comprende pero que toma como suya, con una madurez y enterezas alucinantes. Está siempre al lado de su padre, y está igual de dispuesto que él en llegar a donde haga falta para conseguir sus objetivos.

La relación entre los dos personajes es magistral. Parece fría por lo poco habladores que son, o por lo centrados que están en su objetivo. Pero son los pequeños gestos, los momentos de descanso, el ver cómo confían el uno en el otro, lo que acaba por construirte unos personajes inolvidables.

Retsudo Yagyu: El malo. De entrada se nos presenta así, como el tipo con poder que hace que lo debe hacer para mantenerlo y es capaz de hacer arder un país por no perderlo. Pero en el tramo final se le humaniza mucho, hasta el punto de llegar a empatizar con él. Puede que el autor haga algo de trampas, pero sin son para construir un personaje tan inmenso como éste se le pueden perdonar.

Antes he dicho que había otro antagonista, y es cierto, pero más allá de verle como un villano rastrero y cobarde, prefiero no entrar en él para que no os comáis ningún spoiler. Valga decir que es lo más alejado que hay de los tres personajes principales.

Opinión Personal: Reconozco que mi opinión sobre Lobo Solitario y su Cachorro ha ido cambiando a medida que iba avanzando en ella, tomo tras tomo.

En un inicio me parecía una obra excesivamente anclada a su época, con una narración basada en capítulos largos y auto conclusivos que iba retratando una época importante de la historia de Japón, pero con un punto de vista algo más oscuro y sin dejarse los asuntos más turbios.

Eran relatos que estaban bien, que conseguían mantener el interés y que te iban definiendo a los dos personajes principales, pero no eran relatos que justificaran que ésta obra estuviera considerada como un pilar básico del comic japonés.

Pero los tomos seguían pasando, las historias se mejoraban poquito a poquito y uno se daba cuenta de lo bien contado que estaba todo, de que la narración podía ser esa piedra de toque que le diera valor a la obra. De verdad que es un ejercicio que vale la pena hacer comparar la narrativa de éste comic con cualquiera americano de la misma época, parecen de siglos distintos, tal cual. Es tan bueno narrando que a día de hoy se lee estupendamente, sin hacerse pesado en ningún momento pese a tener prácticamente cincuenta años. Es que de verdad, se siente moderno en muchísimos aspectos.

Y luego vino la segunda mitad de la obra. Aquí tomas consciencia de todo lo que han pasado los personajes, de que se están acercando a su objetivo… y la trama se pone a la altura de la narración, dando como resultado unos últimos tomos que rozan la obra maestra. Y lo hacen con los ojos de hoy! Así que imaginaos lo que pudo significar en su momento.

Con todo quiero decir que ha sido una obra que he disfrutado mucho, y que los diez últimos tomos me han parecido una auténtica maravilla. Pero están los diez primeros, que enganchan menos y que pueden sacar un poco al no encontrar esa gran historia que sí tendremos al final.

Mi recomendación? Creo que vale, y mucho, la pena acercarse al Lobo Solitario. No sólo como documento histórico o cultural. Lo vale como obra actual, como ejemplo de narración muy pocas veces igualado (Bateadores es la única obra mejor en éste aspecto que se me ocurre) y que a poco que os atraiga el Japón feudal os gustará.

Puede que el arranque (primeros tomos) se atragante un poquito, pero de verdad, perseverar y disfrutaréis de un manga de los buenos.

Valoración Personal: 9,5.

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