Siguen los combates
entre los Quincy y los miembros de la Sociedad de Almas, combates que siguen
pasándose por el forro todo lo que conocíamos sobre los Quincy, otorgando poderes
más propios de otro tipo de enemigos.
Lo bueno del caso es
que en éste tomo tenemos prácticamente de protagonista exclusivo el combate de
Kempachi, la bestia parda del parche en el ojo que ha mejorado después de lo
que hizo hace unos tomos. Su rival? Un tipo capaz de hacer realidad cualquier
cosa que imagine.
El combate está
bien, es vistoso y tiene molonismo. Pero ya.
Un tomo de
lucimiento de un personaje secundario que no aporta absolutamente nada, y que
termina con la aparición del siguiente grupo de Quincy a derrotar. Se disfruta?
Sí, pero únicamente porque lo he podido leer justo después del anterior, de lo
contrario ya ni sabría quién es el enemigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario