Vuelve el
protagonista, una vuelta que le enfrenta a cuatro enemigos a la vez... y nos
demuestra lo fuerte que se ha hecho. Pero coitus interruptus: el malo malísimo consigue
llegar a donde la divisón cero y se lleva a unos cuantos de los suyos.
El resultado? Que
los que quedan siguen combatiendo, poniendo el foco en especial en un tipo que
convierte a los demás en zombis. Un poder desagradable, un tipo que da muchísima
grima y un combate que me da bastante igual lo mire por donde lo mire.
Lo mejor? La
aparición al final de un capitán zombificado.
Por lo menos hay un
poquito de relax cuando Ichigo se encuentra con sus amigos, incluso hay bromas
guarras nada habituales en éste manga. No sé, estaría Kubo pasando por una
fase.
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