Y ya está, termina Bleach con la saga de los Quincy y lo hace con un combate final que no puede importarme menos. Es lo que tiene tener un villano que puede hacerlo prácticamente todo y al que
derrotas más porque sí que porque tengas una estrategia pensada de antemano. Por lo menos la presencia de Aizen aporta algo al combate, aunque sea cerrar un poco su círculo.
En paralelo está el combate de Ishida contra la mano derecha del malo, algo que no importa a nadie y que se ve venir desde lejos cómo terminará.
Y el epílogo? Agradable y confortable.
En general creo que era difícil cerrar una trama que ya no sabía por donde iba, con un villano al que se había puesto tan arriba que cualquier forma de hacerle caer iba a ser absurda por lo menos. Lo mejor del caso es que ha sido rápido y no se han recreado en el combate (más que nada porque Ywach parecía no saber combatir).
Y es una pena cómo ha terminado todo. Era una obra con un potencial tremendo, personajes carismáticos, buen dibujo, luchas vistosas... pero se perdió en su propio relleno, en mostrar espectáculo por el espectáculo, sin sustentarlo en fondo alguno, y así la cosa no puede por menos que ir cuesta abajo y sin frenos.
Hay autores que saben moverse en esa línea de la improvisación absoluta (el de Fairy Tail es un maestro) mientras que otros caen sin más.
Por lo menos es un manga ágil de leer y de disfrutar con el cerebro apagado, y ha tenido tramos realmente buenos.
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