Y vuelvo hoy con una nueva
película, de nuevo de esas a las que no me hubiera acercado con total seguridad
(como la de la semana pasada) y que acostumbran a suponer una sorpresa ya sea
para bien o para mal.
En no se aceptan devoluciones
tenemos una película tragicómica en la que a un pichabrava de Acapulco se le
presenta en la puerta una mujer con la que tuvo una relación, le dice que la
niña que lleva en brazos es suya y acto seguido desaparece.
Éste buen señor emprende un
viaje hacia los Estados Unidos con tal de encontrar a la madre y quitarse el
marrón, pero en el proceso se enamora de la cría y decide quedarse en el país yanqui
por el miedo a que le quiten a la niña en la aduana.
La historia se nos cuenta en
forma cómica, con escenas divertidas y bastante entrañables que juegan con los
sentimientos del espectador. Una película que no pasará a la historia pero que
sí te mantiene entretenido durante las dos horas y poco que dura, ya sea porque
te encariñas de ese padre que le cuenta historias a su hija, porque quieres
saber cómo acabará todo o simplemente porque has conectado con ella.
El “problema” principal viene
hacia el final, donde lo que ha sido una película simpática y bastante desenfadada
se convierte en un drama de los que te golpean, con un cambio de dirección
(bien apuntado durante el resto de la película) que te deja con mal cuerpo.
Es acertado el final? Yo
hubiera preferido el típico, pero entiendo que ese es el mensaje de la película
y que desde ese punto de vista difícilmente hubiera encajado de cualquier otra
forma.
Vale la pena verla? Yo creo
que sí, es una película a la que se le puede dar una oportunidad perfectamente
y que raro será que no os haga pasar una tarde (o noche) agradable en el sofá
de casa.
Valoración Personal: 7,8.
PD: No lo he dicho porque no parecía relevante, pero es una
película mexicana doblada al castellano de España (buena decisión comercial).
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