Una de las obras supuestamente
primordiales dentro del mundo del manga siempre se me ha dicho que es el Lobo
Solitario y su Cachorro. Un manga con muchísimo nombre y que trata una época
que me encanta (Vagabond, Rurouni Kenshin, La Espada del Inmortal, Usaji
Yojimbo, etc…) y está guionizado y dibujado por un autor de los míticos, autor
de otras obras como Crying Freeman.
Pues bien, aprovechando la
reedición (o reimpresión) de Planeta dentro de su biblioteca Pachinco, me he
decidido a empezarla, y aquí os iré poniendo mi opinión tomo a tomo igual que
hago con cualquier manga que acaba en mi estantería.
Antes de pasar al contenido
del tomo debo decir que me ha decepcionado la edición. No tengo de la
biblioteca Pachinco, y esperaba al menos que el tomo tuviera sobrecubierta o
estuviera dentro de los tamaños standard de las ediciones chulas de la
editorial (Vinland Saga o Happy!). Por el contrario nos encontramos un tomo con
un tamaño algo reducido y que parece un pequeño ladrillo. Yo he tenido miedo de
que se me descolara al abrirlo, así que recomiendo leerlo con cuidadín! La
explicación? Supongo que ha primado precio competitivo sobre edición de calidad
(10,40 € por 400 páginas no está nada mal).
Dicho lo de la edición,
pasemos al contenido.
Éste primer tomo, titulado el
camino del asesino, nos introduce en el mundo del protagonista y su hijo, dos
personajes que se alquilan a aquellos que puedan pagar el precio, aunque
siempre sabiendo todo lo necesario para hacer el trabajo. Básicamente estamos
ante un samurái que por la razón que sea está vagando por Japón con su hijo de
tres años, cumpliendo encargos para asesinar a ciertos personajes.
Los capítulos son auto
conclusivos, y en cada uno de ellos veremos cómo se enfrentan a un nuevo
encargo, siempre de formas imaginativas y usando al niño cuando es necesario.
Siempre tendremos una historia detrás del asesinato, y parecerá que los dos protagonistas
pasaban por allí y se han visto envueltos: desde señores corruptos a asesinatos
por venganza, todo cabe en el mundo del lobo Solitario y su cachorro.
Como no podía ser de otro modo
el padre es un experto espadachín, con una habilidad prácticamente sobrehumana
y un tipo duro donde los haya. Un hombre de los que ya no existen y que vive
según un código férreo que le transmite a su pequeño mediante sus actos. Un
pequeño que tampoco se queda atrás, y que tiene rasgos de la personalidad de su
padre.
El enfoque de la historia es
adulto, no faltarán ni la sangre ni el sexo, aunque siempre justificados por el
guion.
En cuanto al dibujo, estamos
ante una obra que tiene muchos años (más de 40 si no lo he visto mal), pero aun
así tiene un estilo propio que le sienta bien y que nos lleva a un Japón más
rudo que el visto en otras obras. La lástima es que las caras (tanto de hombres
como de mujeres) son difíciles de distinguir, aunque por suerte los personajes
no repiten, así que no estoy teniendo problemas con ello. Lo que sí destaca es
la composición de página, con algunas viñetas que ocupan ambas o acciones que
transcurren sin la necesidad de texto y que se entienden a la perfección.
Un buen tomo introductorio,
con algunas historias mejores que otras, y que nos define en parte la
personalidad de los protagonistas y nos los ubica en un Japón feudal que parece
más podrido que nuestra España actual.
Ya veremos qué tal sigue.
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