Llega el final de una gran
serie como ha sido Penny Dreadful, y lo hace cogiendo a los fans totalmente por
sorpresa (escribo esto en julio) con un último capítulo que no se anunció como
tal y que supone el cierre definitivo para la serie. Un cierre que será todo lo
discutido que quieras pero que es precisamente eso.
En ésta temporada hemos visto
al personaje de Vanessa caer en lo más profundo de sí misma, encerrándose del
mundo e intentando recuperarse para no ser el instrumento del mal que vimos que
podía llegar a ser durante la segunda temporada.
Sus amigos, ahora
desperdigados por el mundo y con sus propios problemas, se verán empujados a
regresar para ayudarla, pero puede que ni con eso baste.
Las tramas que se han ido
plantando a lo largo de las temporadas anteriores tienen aquí su final, un
final digno de los cuentos en los que se basa la serie, con personajes como el
monstruo de Frankenstein regalándonos algunos de los momentos más emotivos que
se han podido ver en televisión.
Es un tapiz el que han
compuesto, cuyo dibujo puede que no guste a todo el mundo y que deja evidentes
cabos sueltos que podrían haberse recogido en una hipotética cuarta o quinta
temporada (el arqueólogo que va a Egipto, la figura del Dr. Jekill, etc…) pero
como la vida misma, en ésta serie han quedado cosas en el aire, sin resolver.
Lo que sí se resuelve es la
historia de Vanessa y sus miedos. Y lo hace mediante nueve capítulos de una
altísima calidad que satisfarán a todo aquél que haya llegado hasta ésta
temporada.
La producción sigue siendo muy
buena, y las interpretaciones (con las nuevas incorporaciones incluidas) son
magistrales, con especial énfasis en Eva Green y Roy Kinnear. Es un placer ver
a tantos actores buenos hacer bien su trabajo con un guion y unos personajes
solventes.
Ha sido una serie que no
gustará a todo el mundo, una que aprovecha la ambientación victoriana para
contarnos una historia que no siempre irá por donde queramos o esperamos, y que
avanzará a un ritmo lento sobre los diálogos más que sobre la acción (que
también la hay, y para muestra el último capítulo). Una serie distinta y
arriesgada que podría haber seguido (y yo daría palmas con las orejas), pero
que por un motivo u otro se ha decidido cerrar.
Personalmente me parece una
serie de bandera, que vale la pena ver aunque sólo sea por ver a sus actores principales
comerse la cámara. La recomiendo? Sí, es corta y no os hipotecará demasiado
tiempo; eso sí, si pasados tres o cuatro capítulos no os gusta, dejadla, no es
para vosotros.
PD: Hay tramas secundarias menos afortunadas (como la de Dorian Grey), pero tampoco molestan.
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