Éste tercer tomo de la obra
primeriza de Mashima (algo que sigue notándose mucho en el dibujo) y seguimos
con el viaje de Haru y Ellie buscando los fragmentos de Rave. En ésta entrega
tenemos el final del combate con Lance (el primer subboss carismático), un
combate que termina añadiendo incluso emotividad a la historia de los Musica.
Acto seguido se añaden a la
pandilla un curioso conductor y su carruaje, frikada total e ida de la olla por
parte del autor, pero que le añade un sabor (y un humor) especial a la trama.
Aventurillas… y nueva para en
el camino, en ésta ocasión toca un pueblo donde lleva lloviendo cinco años, en
lo que se adivina como el siguiente “enemigo con nombre” de la aventura. Lo
bueno del caso es la presentación del pueblo (al más puro estilo One Piece) y
el primer recuerdo de Ellie, en el que ve a un hombre intentando matarla nada
más despertar, un hombre que usa magia relacionada con los rayos (y cuyo diseño
el autor aprovecharía de nuevo en Fairy Tail).
Me sigue pareciendo un manga
que, pese a ser más inocente que su obra actual, consigue transmitir la aventura
y la imaginación que deberían tener todos los shonen que se precien, un manga
divertido, con momentos emocionantes y que se pasa en un suspiro (pese a tener
letra) gracias a su humor y su buen rollo.
Sigue sorprendiéndome lo
claras que tenía las cosas Mahima en ésta etapa.
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