Uno de los juegos insignia de
la primera playstation fue, sin lugar a dudas Spyro the Dragon (y sus
secuelas). Uno de esos juegos que buscaban convertirse en la mascota oficiosa
de la consola, esa que hiciera frente a Mario y Sonic. Un honor que compartió
con Crash Bandicoot y, en menor medida, con Sir Daniel Fortesque.
Fue un juego que no jugué en
su momento (al contrario que los de los otros dos personajes que comento) y
siempre lo he sentido como un debe en mi lista de juegos por acabar.
Hasta ahora.
Gracias a humble bundle y con
la excusa de que lo juegue mi hijo, me he hecho con él y me estoy jugando la
trilogía. Pero vayamos primero con éste…
Historia: El malo de turno ha convertido a todos nuestros amigos
(dragones) en estatuas de cristal, estatuas que debemos devolver a la vida,
encontrar al malo y terminar con él.
Argumento casi inexistente
pese a que tanto el protagonista como los dragones que salen tengan todos
bastante carisma (para una frase que sueltan).
Apartado Técnico: Cuando se hace un remake de éste estilo la gracia
es hacer todo el juego desde cero, respetando el gameplay y secretos pero con
un motor gráfico a la altura, no limitarse a un mero port HD. Spyro the Dragon
hace precisamente eso, poner a día de hoy un apartado técnico tremendamente
bonito, alejándose de los port más chapuceros.
Una buena variedad de
escenarios, un puñado de enemigos, pero bien diseñados, unos dragones que molan
mucho… y una paleta de colores tremenda que hace que cualquier imagen del juego
sea bonita de ver.
No será un juego top en carga
poligonal, en escenarios abiertos, en movimiento de la cámara, pero es tan
colorido, bien terminado y simpático que sabe entrar por la vista.
Puede que tenga un look algo
infantil, pero entiendo que ya va con su público potencial.
La banda sonora? Tremendamente
olvidable.
Jugabilidad: Controlamos a Spyro en uno de los primeros plataformas
3D que salieron, con un control sencillo con planeo, uso de fuego y una
embestida. Con unos pocos comandos pasaremos por el juego de forma bastante
sencilla.
Porque llegar al final es
sencillo, no supone reto alguno y se siente como un plataformas clásico.
Lo que exige algo más al
jugador es conseguir los coleccionables, más por el reto de la exploración que
porque tenga una alta dificultad. Y es en ese empujarte a explorar (sin que sea
necesario) donde el juego sí consigue atrapar.
Además, su corta duración (6/7
horas para más de 80% del contenido) ayuda a que el juego no se haga pesado.
Como contra tenemos una cámara
que no funciona del todo bien en algún que otro momento, lo que unido a la poca
precisión de la embestida hace que fallemos por no estar todo lo pulido que
podría estar.
Opinión Personal: Reconozco que no esperaba más que un plataformas
simpático de éste juego, y me he encontrado un juego bien diseñado, muy bonito
de ver, con la duración justa y con ese extra de carisma que hace que quieras
verlo todo y te empuje explorar.
Un juego que, aunque no se
queda en ninguno de mis tops (por culpa a que a mí no me genera nostalgia
alguna) pero que sí me parece una muy buena opción para los amantes de las
plataformas 3D, o para iniciar en el mundillo a los más peques de la casa.
Un par de errores le alejan de
ser un juego más redondo, y es una pena, porque hay momentos que elevan la
dificultad por no estar del todo bien resueltos. Pero bueno, se le perdona al
entender que la base viene de un juego con muchos años, y que entonces éstas
cosas salían bastante peor…
Lo recomiendo? Si le tenéis
ganas seguro que os gusta, y si tenéis peques también. Pero juegos como Super
Mario Odyssey le han superado ampliamente en el género plataformero.
Valoración Personal: 7,5.
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