Como durante la cena seguimos viendo friends (al menos cuatro capis a la semana), hoy os traigo mi opinión sobre la cuarta temporada.
Parece mentira que llevemos ya cuatro temporadas en el revisionado de la serie, a puntito estamos de llegar al ecuador de la misma. Ésta temporada destaca porque las vidas de los protagonista avanzan un poquito, dejando atrás la ingente cantidad de capítulos en los que no pasaba nada relevante.
Eso se agradece mucho, ya que la serie arriesga un poquito e introduce algunos cambios bastante interesantes.
Empecemos con Joey y Chendler. Los dos compañeros de piso empiezan la temporada con una lucha por la misma mujer, lo que hace que su amistad se tense hasta casi romperse. El primero, por lo demás, siguie como siempre (tontorrón y gracioso) mientras que al segundo se le ve pensando un poco mas en su futuro (madurando, vamos).
Monica es la que queda un poco de lado aquí, encontrando un nuevo trabajo y siendo un punto de apollo para los demás personajes (la madre), eso sí, durante unos cuantos capítulos está picada junto con Rachel con los chicos, ya que pierden su apartamento (por una apuesta) y tienen que mudarse al piso que ocupaban ellos. Es el personaje a priori mas maduro de todos, así que poca evolución hace ésta temporada.
La relación Rachel/Ross parece que sí pero no. Como siempre, aunque aquí tenemos a un Ross que se distancia y encuentra a alguien de quien se enamora, dejando a Rachel de lado durante todos los capítulos. Incluso al final se organiza una boda (Ross con una inglesa), que ocupa los últimos capítulos de la temporada.
Y Phoebe gana un hueco mayor al quedarse embarazada de su medio hermano para darle los hijos a él (mamá incubadora); por lo demás, como siempre.
Como he dicho al principio, ésta cuarta temporada es continuista con las anteriores pero tomando un riesgo que no había antes, y ese es el de hacer madurar a los personajes y ofrecer algunos capítulos con secuelas a corto y largo plazo (vamos, que ofrecen continuidad).
Tan buena como siempre.
Parece mentira que llevemos ya cuatro temporadas en el revisionado de la serie, a puntito estamos de llegar al ecuador de la misma. Ésta temporada destaca porque las vidas de los protagonista avanzan un poquito, dejando atrás la ingente cantidad de capítulos en los que no pasaba nada relevante.
Eso se agradece mucho, ya que la serie arriesga un poquito e introduce algunos cambios bastante interesantes.
Empecemos con Joey y Chendler. Los dos compañeros de piso empiezan la temporada con una lucha por la misma mujer, lo que hace que su amistad se tense hasta casi romperse. El primero, por lo demás, siguie como siempre (tontorrón y gracioso) mientras que al segundo se le ve pensando un poco mas en su futuro (madurando, vamos).
Monica es la que queda un poco de lado aquí, encontrando un nuevo trabajo y siendo un punto de apollo para los demás personajes (la madre), eso sí, durante unos cuantos capítulos está picada junto con Rachel con los chicos, ya que pierden su apartamento (por una apuesta) y tienen que mudarse al piso que ocupaban ellos. Es el personaje a priori mas maduro de todos, así que poca evolución hace ésta temporada.
La relación Rachel/Ross parece que sí pero no. Como siempre, aunque aquí tenemos a un Ross que se distancia y encuentra a alguien de quien se enamora, dejando a Rachel de lado durante todos los capítulos. Incluso al final se organiza una boda (Ross con una inglesa), que ocupa los últimos capítulos de la temporada.
Y Phoebe gana un hueco mayor al quedarse embarazada de su medio hermano para darle los hijos a él (mamá incubadora); por lo demás, como siempre.
Como he dicho al principio, ésta cuarta temporada es continuista con las anteriores pero tomando un riesgo que no había antes, y ese es el de hacer madurar a los personajes y ofrecer algunos capítulos con secuelas a corto y largo plazo (vamos, que ofrecen continuidad).
Tan buena como siempre.
2 comentarios:
Sin olvidar la aparición estelar de Hugh Laurie antes de la boda de Ross xD
Muy cierto, esa conversación de avión tiene lo suyo XD.
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