Pese a la fama que se han ganado a pulso los Ángeles Sangrientos como tropas de asalto sin igual; la verdad es que siguen el Codex Astartes al pie de la letra, reservando dos escuadras de cada compañía para el asalto.
Cualquiera de los marines que componen el capítulo podría cumplir ésta función; y es que llevan en la sangre el gusto por lanzarse con los retroreactores desde el cielo para caer sobre el enemigo donde menos lo espera.
La 7ª escuadra va armada con bolters/pistola bolter y espadas sierra, excepto un siempre útil lanzallamas y el puño de combate que lleva su sargento.
Aphael utiliza siempre a ésta escuadra como reserva, aprovechando el momento justo para que caigan sobre sus desprevenidos enemigos y rompan su línea de batalla.
Para tal misión, la escuadra está liderada por el veterano Marston. Un ángel sangriento que disfruta pulverizando a sus enemigos bajo su poderoso puño de combate (el arma favorita por los sargentos de asalto de los marines).
Marston no es especialmente bueno en trazar tácticas, pero su fervor cuasireligioso en batalla hace que los marines a su cargo no flaqueen jamás al lanzarse al asalto. Incluso hay quien dice que Astorath está muy pendiente de él, ya que es posible que caiga pronto en la rabia negra.
Cualquiera de los marines que componen el capítulo podría cumplir ésta función; y es que llevan en la sangre el gusto por lanzarse con los retroreactores desde el cielo para caer sobre el enemigo donde menos lo espera.
La 7ª escuadra va armada con bolters/pistola bolter y espadas sierra, excepto un siempre útil lanzallamas y el puño de combate que lleva su sargento.
Aphael utiliza siempre a ésta escuadra como reserva, aprovechando el momento justo para que caigan sobre sus desprevenidos enemigos y rompan su línea de batalla.
Para tal misión, la escuadra está liderada por el veterano Marston. Un ángel sangriento que disfruta pulverizando a sus enemigos bajo su poderoso puño de combate (el arma favorita por los sargentos de asalto de los marines).
Marston no es especialmente bueno en trazar tácticas, pero su fervor cuasireligioso en batalla hace que los marines a su cargo no flaqueen jamás al lanzarse al asalto. Incluso hay quien dice que Astorath está muy pendiente de él, ya que es posible que caiga pronto en la rabia negra.
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