viernes, 28 de noviembre de 2014

Hace un año I... Bienvenidos al fin del mundo

Como parece que empiezo a no tener espacio con un post diario, se me ha ocurrido añadir uno nuevo los viernes antes de la reseña grande de los libros. Y de qué tratará ésta nueva sección? De mirar la cartelera de hace un año y verme la película que más me llame la atención.

El motivo no es otro que el poco tiempo que tengo para ir al cine, perdiéndome multitud de películas que me hacía ilusión ver. Y porqué un año? Porque así no tengo la sensación (habitual en el blog) de estar hablando de cosas totalmente desfasadas.

Cuál ha sido mi sorpresa al ver que esa misma semana se estrenaba Frozen, pero al tenerla pendiente para ver con Rasetsu me la reservo para un momento futuro. Entonces, la siguiente cuál era?

Bienvenidos al fin del mundo.

La película empieza como el típico drama/comedia en el que un grupo de amigos del instituto se reúne por insistencia de uno de sus miembros para acabar algo que no pudieron hacer en su momento: los doce bares que componen la milla dorada de su pueblo.

Como no podía ser de otro modo las personalidades y vidas de los protagonistas han ido cada una por un lado distinto, hasta el punto de que incluso dudan si quedar de nuevo o no.

Lo que nada más empezar me recordaba cosa mala a películas como Full Monty se desmadra desde la mitad del metraje más o menos (45 minutos, creo recordar) momento en el que la película de un giro surrealista y la cosa se va totalmente.

No quiero contar qué pasa ni por dónde van los tiros, simplemente avanzaros que en el momento en que empezaba a aburrirme de ver al grupo éste ir de bar en bar hubo una escena que me dio un golpe en la boca y me la dejó abierta casi hasta el final.

La verdad es que mirando la cinta en perspectiva sigue pareciéndome una película de una calidad general bastante normalita, con actores reconocibles (Simon Pegg o Martin Freeman) y una producción decente pero que no destaca en ningún momento (incluso los efectos especiales van entre lo cutre y lo bien hecho).

Es una película ideal para ver con los amigos y con una cerveza en la mano, porque en el momento en que empiecen a meterse contigo por ponerles una cinta tan vista empezaréis a partiros la caja con escenas a cada cuál más pasada de vueltas.

Vale la pena? Sólo si la veis con el estado de animo necesario y acompañados, ahí se convierte en un film que disfrutaréis mucho. En cambio, si vais a ver una peli “normal” la acabaréis y no sabréis por donde os han dado.

Valoración personal: 6.


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