miércoles, 3 de mayo de 2017

Lobo Solitario y su Cachorro #9

El lobo solitario y su cachorro están a puntito de llegar al ecuador de su andadura en la estantería de casa, concretamente llegan al noveno tomo en un gran estado de forma. Veamos qué nos traen.

Éste volumen me ha dado la sensación de tener historias un tanto más largas que las de los tomos anteriores. No sé si es una percepción personal por llevar un tiempo sin acercarme a la obra, pero el caso es que me ha parecido que incluía menos historias (pese a ser el mismo tochal).

Las historias incluidas siguen las pautas habituales: encargos recibidos por el padre que le van acercando poco a poco a su objetivo como capítulos auto conclusivos que nos muestran más cosas de un Japón feudal retratado de forma exquisita. Son historia que no sólo nos cuentan alguna parte de la vida durante esa época, sino que pueden detenerse en cosas como el comportamiento del niño o la resolución del padre. Entre ellas me ha gustado especialmente una en la que el niño se queda en una casa de mercaderes y convive con un chico algo mayor.

Y luego están las historias de trama, aquellas en las que la lucha contra el enemigo es lo que ocupa el centro de atención. Éstos acostumbran a traernos capítulos más épicos y luchas contra varios rivales, pero es que no sólo pasa eso aquí. El autor consigue presentarnos a un par de personajes recurrentes nuevos dentro de la familia enemiga, dos personajes bien retratados y que prometen darnos grandes momentos en el futuro.

Por lo demás tenemos lo de siempre: un exquisito gusto para la narración, de esos reservados para los grandes genios y que transmiten con página tras páginas sin letras. Un gustazo total y absoluto.


Me queda mucho aún para terminar la obra, pero ahora mismo me tiene atrapado (pese a su sencillez).

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