Sigue Naruto
adelante, ahora de vuelta a la Villa de la Hoja y con Tsunade haciendo lo que
se supone debe hacer: recoger el testigo como Hokage y visitar a los heridos de
la guerra contra Orochimaru.
Es un buen arranque,
que nos permite ver cómo les van las cosas al resto de compañeros de Naruto y
ver lo mal que está el bueno de Rock Lee. Su historia, que salpica las páginas
del tomo, es una maravilla.
Por otro lado está
la rivalidad entre Naruto y Sasuke, que ante la frustación del segundo se
dispara y puede llegar a acabar muy mal, hasta el punto que Kakashi ya no sabe
qué hacer con los dos y Sasuke empieza a encerrarse en sí mismo.
Y por último está la
llegada de los esbirros de Orochimaru, aquellos que hicieron la barrera para
encerrar al tercero durante la guerra, un grupo que ha ido a por Sasuke, para
llevarlo ante su señor.
Empieza la ida de
Sasuke, la ruptura del grupo de compañeros ya ha empezado y nada podrá
detenerla.
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