jueves, 26 de julio de 2018

PS4 - Rime


Si hubo un juego indie que se llevó las miradas de todo el mundo ese fue, ni más ni menos que Rime, una obra española que destacó por un apartado artístico tremendo que recordaba a las obras de Fumito Ueda y en el que se fijó Sony para invertir.

Los años pasaron, el juego parecía que no acababa de ser lo que se nos vendió y Sony abandonó el proyecto. Allí nos temimos lo peor, pero el juego acabó saliendo, y esto es lo que llegó hasta nosotros.

Historia: Rime es uno de esos juegos que nos cuenta la historia mientras jugamos, de estar atento a nuestro alrededor y disfrutar del viaje del protagonista (en eso me ha recordado a Journey). Aun así, el estudio sí que se preocupa para darnos un contexto y un final (muy bonico).

El punto de partida es muy sugerente (no diré más, el juego es corto y vale la pena descubrirlo por uno mismo), controlando a un niño con una capa roja que parece haber naufragado en una isla.

Así, empezaremos a investigar la isla, en un viaje que nos irá dando detalles sobre la misma y sobre lo que le ha pasado al niño.

De verdad, que aunque parezca que no, hay una historia trabajada y muy disfrutable en ésta aventura.

Apartado Técnico: El apartado por el que el juego llamó la atención, con un apartado artístico tremendamente colorido (que recuerda en el personaje a diseños del Team Ico), con unos escenarios aparentemente amplios, con ruinas que parecen antiguas y otros elementos que dan mucha personalidad al conjunto.

Es el exponente máximo de artístico sobre técnico. Siendo éste segundo más limitado, en un juego que no muestra grandes efectos en pantalla y rascando en el frame rate incluso jugando en una PS4 Pro (cuando el juego debería funcionar estupendamente en una PS3, vamos mal optimizado).

Pese a éstos fallos técnicos, repito que el apartado artístico se sale, y nos transmite más de lo que parece a simple vista.

El aspecto sonoro también hay que destacarlo, con un score tremendo, con unos pocos temas muy bien escogidos e instrumentados que nos transmitirán multitud de emociones. Quizás el tema cantado (en castellano) esté un poquito por detrás, pero el resto es una banda sonora para tener en Cd.

Jugabilidad: Aquí tendremos distintas zonas (creo recordar que cuatro) que explorar con mayor o menor libertad, intentando resolver los distintos puzles que se nos plantean.

El personaje no es ágil, no sabe luchar, no hay acción. Aquí lo que prima es el resolver esos puzles para seguir avanzando y ver más partes del mundo al que hemos caído.

Y es algo que se solventa con mucha sencillez: moverse, saltar, gritar y botón para realizar acciones. Y con eso podremos hacerlo absolutamente todo.

Quizás el desarrollo sea sencillo, pero creo que el juego prima el avance del jugador y se preocupa porque no se atasque (algo que se agradece, porque rompería el ritmo de la partida).

También hay que mencionar que es una aventura más bien corta (5 o 6 horas), algo que debe valorar cada cual. Y aunque tenga coleccionables, no alargan más que otro par de horas la duración de la misma.

Opinión Personal: Les he nombrado más de una vez, pero es que éste Rime recuerda mucho en el concepto al de las obras del Team Ico (Ico, Shadow of the Colossus y The last Guardian). Y lo hace no sólo por algunos elementos del plano artístico, sino que lo hace por algo más profundo: el concepto de juego.

Rime es un juego hecho por sustracción, es decir, se quitan los elementos innecesarios (como indicadores en pantalla o la acción) y se deja una jugabilidad muy básica para contarnos una historia más de sentimientos que narrativa pura. Es algo que consigue hacer, transportándonos al viaje de éste chico y haciendo que nos metamos en el mundo que nos propone.

Posiblemente el elemento que más te mete en ese mundo es la música seguida del apartado artístico, un portento que hay que disfrutar con los cascos puestos.

La lástima y lo que le aleja del sobresaliente viene desde lo técnico (rascadas de framerate inexplicables) y de unos puzles un tanto planos. No digo que tuvieran que hacer cosas complicadas e imposibles, digo que las mecánicas que nos presentan no acaban de explotarse, o que no hay ese puzle que recuerdes una vez terminado el juego.

Entiendo que lo hacen para que la partida sea fluida (casi sin parones), pero un pelín más de complejidad no hubiera ido en detrimento del ritmo (que en mi opinión cae en el segundo episodio del juego para remontar en el tercero y el cuarto), aunque sólo fuera un pelín.

Con todo el juego es una experiencia que hay que jugar, un juego distitno que abraza el espíritu de Fumito Ueda y lo interpreta a su manera, dando como resultado un juego corto, intenso y que a poco que se hubiera pulido un poquito más sería totalmente imprescindible.

A mí me ha encantado, y es un juego que recomendaré incluso teniendo en mente los errores que arrastra. Una experiencia contemplativa a la que los que sólo buscan acción no deberían acerarse. En cambio, si tenéis una tarde un poco larga y os apetece probar algo un poco distinto… hacer con Rime, no os arrepentiréis.

Valoración Personal: 8.

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