Si hubo un juego indie que se
llevó las miradas de todo el mundo ese fue, ni más ni menos que Rime, una obra
española que destacó por un apartado artístico tremendo que recordaba a las
obras de Fumito Ueda y en el que se fijó Sony para invertir.
Los años pasaron, el juego
parecía que no acababa de ser lo que se nos vendió y Sony abandonó el proyecto.
Allí nos temimos lo peor, pero el juego acabó saliendo, y esto es lo que llegó
hasta nosotros.
Historia: Rime es uno de esos juegos que nos cuenta la historia
mientras jugamos, de estar atento a nuestro alrededor y disfrutar del viaje del
protagonista (en eso me ha recordado a Journey). Aun así, el estudio sí que se
preocupa para darnos un contexto y un final (muy bonico).
El punto de partida es muy
sugerente (no diré más, el juego es corto y vale la pena descubrirlo por uno
mismo), controlando a un niño con una capa roja que parece haber naufragado en
una isla.
Así, empezaremos a investigar
la isla, en un viaje que nos irá dando detalles sobre la misma y sobre lo que
le ha pasado al niño.
De verdad, que aunque parezca
que no, hay una historia trabajada y muy disfrutable en ésta aventura.
Apartado Técnico: El apartado por el que el juego llamó la
atención, con un apartado artístico tremendamente colorido (que recuerda en el
personaje a diseños del Team Ico), con unos escenarios aparentemente amplios,
con ruinas que parecen antiguas y otros elementos que dan mucha personalidad al
conjunto.
Es el exponente máximo de
artístico sobre técnico. Siendo éste segundo más limitado, en un juego que no
muestra grandes efectos en pantalla y rascando en el frame rate incluso jugando
en una PS4 Pro (cuando el juego debería funcionar estupendamente en una PS3,
vamos mal optimizado).
Pese a éstos fallos técnicos,
repito que el apartado artístico se sale, y nos transmite más de lo que parece
a simple vista.
El aspecto sonoro también hay
que destacarlo, con un score tremendo, con unos pocos temas muy bien escogidos
e instrumentados que nos transmitirán multitud de emociones. Quizás el tema
cantado (en castellano) esté un poquito por detrás, pero el resto es una banda
sonora para tener en Cd.
Jugabilidad: Aquí tendremos distintas zonas (creo recordar que
cuatro) que explorar con mayor o menor libertad, intentando resolver los
distintos puzles que se nos plantean.
El personaje no es ágil, no
sabe luchar, no hay acción. Aquí lo que prima es el resolver esos puzles para
seguir avanzando y ver más partes del mundo al que hemos caído.
Y es algo que se solventa con
mucha sencillez: moverse, saltar, gritar y botón para realizar acciones. Y con
eso podremos hacerlo absolutamente todo.
Quizás el desarrollo sea
sencillo, pero creo que el juego prima el avance del jugador y se preocupa porque
no se atasque (algo que se agradece, porque rompería el ritmo de la partida).
También hay que mencionar que
es una aventura más bien corta (5 o 6 horas), algo que debe valorar cada cual.
Y aunque tenga coleccionables, no alargan más que otro par de horas la duración
de la misma.
Opinión Personal: Les he nombrado más de una vez, pero es que éste
Rime recuerda mucho en el concepto al de las obras del Team Ico (Ico, Shadow of
the Colossus y The last Guardian). Y lo hace no sólo por algunos elementos del
plano artístico, sino que lo hace por algo más profundo: el concepto de juego.
Rime es un juego hecho por
sustracción, es decir, se quitan los elementos innecesarios (como indicadores
en pantalla o la acción) y se deja una jugabilidad muy básica para contarnos
una historia más de sentimientos que narrativa pura. Es algo que consigue
hacer, transportándonos al viaje de éste chico y haciendo que nos metamos en el
mundo que nos propone.
Posiblemente el elemento que
más te mete en ese mundo es la música seguida del apartado artístico, un
portento que hay que disfrutar con los cascos puestos.
La lástima y lo que le aleja
del sobresaliente viene desde lo técnico (rascadas de framerate inexplicables)
y de unos puzles un tanto planos. No digo que tuvieran que hacer cosas
complicadas e imposibles, digo que las mecánicas que nos presentan no acaban de
explotarse, o que no hay ese puzle que recuerdes una vez terminado el juego.
Entiendo que lo hacen para que
la partida sea fluida (casi sin parones), pero un pelín más de complejidad no
hubiera ido en detrimento del ritmo (que en mi opinión cae en el segundo
episodio del juego para remontar en el tercero y el cuarto), aunque sólo fuera
un pelín.
Con todo el juego es una
experiencia que hay que jugar, un juego distitno que abraza el espíritu de
Fumito Ueda y lo interpreta a su manera, dando como resultado un juego corto,
intenso y que a poco que se hubiera pulido un poquito más sería totalmente
imprescindible.
A mí me ha encantado, y es un
juego que recomendaré incluso teniendo en mente los errores que arrastra. Una
experiencia contemplativa a la que los que sólo buscan acción no deberían
acerarse. En cambio, si tenéis una tarde un poco larga y os apetece probar algo
un poco distinto… hacer con Rime, no os arrepentiréis.
Valoración Personal: 8.
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