Como no sólo de AAA vive el
hombre, de vez en cuando me apetece ponerme con juegos más pequeñitos, indie
vamos. Y éste es el caso de Kingom and Castles, un juego de estrategia que os
comento enseguida.
Historia: Ninguna. Bueno, se supone que somos un gobernante en una
isla perdida de la mano de Dios, una isla que debemos hacer crecer (su
población y edificios) mientras sobrevivimos a ataques vikingos, de dragones o
a una mala cosecha.
Apartado Técnico: Aquí se cumple la máxima de los juegos de bajo
presupuesto: diseño por encima de potencia.
Tenemos así un apartado visual
minimalista, con unos personajes pequeñitos y cuadriculados y unas texturas
planas para el escenario, que no para los edificios.
Pero no es un apartado
descuidado, es un tipo de gráficos que hemos podido ver en títulos posteriores
como Bad North y que resultad muy agradable a la vista (y poco costoso para el
pc).
Ver a nuestros súbditos
moverse, llevando mercancía de un lado a otro, construyendo… es un gustazo, y
más cuando empieza a haber más y más.
Diría que es un apartado
minimalista pero muy bien pensado.
Eso sí, una mayor variedad de
skins en los edificios se hubiera agradecido muchísimo, porque acabamos
haciendo el mismo edificio una y otra vez, algo especialmente sangrante con las
casas.
La música y los efectos
cumplen, pero sin más. De hecho, pasan muy desapercibidos en todo momento.
Jugabilidad: Tenemos entre manos un juego de estrategia de gestión
de ciudad, al más puro estilo de los Anno, pero con una escala más pequeñita y
muchas menos pretensiones.
Nuestro principal objetivo es
hacer crecer nuestra población a la par que la protegemos y alimentamos. Así,
la gestión y colocación de nuestros sitios de producción será tan vital como la
de los puestos de entretenimiento. Vamos, lo típico de siempre.
Lo curioso del caso es que
jugaremos sin un objetivo en mente más allá de tener la ciudad que nosotros
queremos, mientras el juego se empeña en ponernos las cosas difíciles.
Es un juego bastante bien
balanceado entre la dificultad y el disfrute, así que no os extrañe pasar dos
horas jugando sin daros apenas cuenta.
Opinión Personal: Reconozco que los juegos en los que veo a mis
ciudadanos trabajar y tengo que esperar que lleguen de un sitio a otro me
encantan, me distraigo viendo los caminos que hacen, cómo se ponen enfermos,
van al hospital, a trabajar, a su casa… y aquí, con los cubitos que representan
a dichos ciudadanos me ha pasado lo mismo.
Han sido varias las partidas
que he jugado, objetivos distintos (auto impuestos) y experiencias
gratificantes. Pero reconozco que es un juego que no hace nada nuevo, nada que
no se pudiera hacer en los ya mencionados Anno o títulos de corte similar.
Es un juego muy limitado en
variedad de edificios (auténtica lacra del género), y se pagan muy caros los
errores en las primeras partidas. Pero aun así, no deja de ser un juego
divertido, para echar unas cuantas horas a poco que os guste el género y
busquéis algo sencillo en propuesta, que no en dificultad.
El apartado visual quizá es lo
más distintivo del título, así que si os gusta, y teniendo en cuenta lo barato
que es, bien podéis darle una oportunidad, sabiendo que hay juegos mejores
dentro del mismo género.
Valoración Personal: 7,8.
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