lunes, 19 de agosto de 2019

PC - Kingdom and Castles


Como no sólo de AAA vive el hombre, de vez en cuando me apetece ponerme con juegos más pequeñitos, indie vamos. Y éste es el caso de Kingom and Castles, un juego de estrategia que os comento enseguida.

Historia: Ninguna. Bueno, se supone que somos un gobernante en una isla perdida de la mano de Dios, una isla que debemos hacer crecer (su población y edificios) mientras sobrevivimos a ataques vikingos, de dragones o a una mala cosecha.

Apartado Técnico: Aquí se cumple la máxima de los juegos de bajo presupuesto: diseño por encima de potencia.

Tenemos así un apartado visual minimalista, con unos personajes pequeñitos y cuadriculados y unas texturas planas para el escenario, que no para los edificios.

Pero no es un apartado descuidado, es un tipo de gráficos que hemos podido ver en títulos posteriores como Bad North y que resultad muy agradable a la vista (y poco costoso para el pc).

Ver a nuestros súbditos moverse, llevando mercancía de un lado a otro, construyendo… es un gustazo, y más cuando empieza a haber más y más.

Diría que es un apartado minimalista pero muy bien pensado.

Eso sí, una mayor variedad de skins en los edificios se hubiera agradecido muchísimo, porque acabamos haciendo el mismo edificio una y otra vez, algo especialmente sangrante con las casas.

La música y los efectos cumplen, pero sin más. De hecho, pasan muy desapercibidos en todo momento.

Jugabilidad: Tenemos entre manos un juego de estrategia de gestión de ciudad, al más puro estilo de los Anno, pero con una escala más pequeñita y muchas menos pretensiones.

Nuestro principal objetivo es hacer crecer nuestra población a la par que la protegemos y alimentamos. Así, la gestión y colocación de nuestros sitios de producción será tan vital como la de los puestos de entretenimiento. Vamos, lo típico de siempre.

Lo curioso del caso es que jugaremos sin un objetivo en mente más allá de tener la ciudad que nosotros queremos, mientras el juego se empeña en ponernos las cosas difíciles.

Es un juego bastante bien balanceado entre la dificultad y el disfrute, así que no os extrañe pasar dos horas jugando sin daros apenas cuenta.

Opinión Personal: Reconozco que los juegos en los que veo a mis ciudadanos trabajar y tengo que esperar que lleguen de un sitio a otro me encantan, me distraigo viendo los caminos que hacen, cómo se ponen enfermos, van al hospital, a trabajar, a su casa… y aquí, con los cubitos que representan a dichos ciudadanos me ha pasado lo mismo.

Han sido varias las partidas que he jugado, objetivos distintos (auto impuestos) y experiencias gratificantes. Pero reconozco que es un juego que no hace nada nuevo, nada que no se pudiera hacer en los ya mencionados Anno o títulos de corte similar.

Es un juego muy limitado en variedad de edificios (auténtica lacra del género), y se pagan muy caros los errores en las primeras partidas. Pero aun así, no deja de ser un juego divertido, para echar unas cuantas horas a poco que os guste el género y busquéis algo sencillo en propuesta, que no en dificultad.

El apartado visual quizá es lo más distintivo del título, así que si os gusta, y teniendo en cuenta lo barato que es, bien podéis darle una oportunidad, sabiendo que hay juegos mejores dentro del mismo género.

Valoración Personal: 7,8.

No hay comentarios: